VICTORIA ARNÁU
Periodista de raza
Una faceta en la que la hemos podido ver entregada al cien por cien ya que, como reconoce, la profesión de periodista le apasiona.
Nos recibe en las instalaciones de Atremedia con una sonrisa.
Dinos, Victoria: en tus comienzos: ¿Imaginabas remotamente que llegaría a tu vida una oportunidad como la que tienes actualmente?
Jamás se me había pasado ni remotamente por la cabeza. Si cuando estaba estudiando la carrera de periodismo me hubieran dicho que iba a tener esta oportunidad, habría pensado que me estaban tomando el pelo. Para mí, el simple hecho de trabajar en una redacción y ejercer el periodismo ya es un sueño cumplido. Luego mi carrera me ha ido llevando -con mucho, mucho trabajo- a lugares que nunca me habría imaginado. Y, la verdad, estoy intentando exprimirlo al máximo porque esta profesión es una montaña rusa y nunca sabes donde estarás mañana.
¿Y qué es para ti lo mejor de tu trabajo?
Estos días hay muchos municipios en fiestas: ¿Cómo disfrutar de esos festejos y no morir en el intento?
Me declaro una fan absoluta de las fiestas y verbenas de pueblos. Me parece una de las grandes riquezas de la cultura popular de nuestro país y el mayor planazo posible. Siempre, claro, celebrándolas de manera responsable.
Tú viviste como periodista de lo que es capaz “el machismo” en grupo durante unas fiestas, ¿qué opinión nos dejas?
Supongo que te refieres al reportaje que grabé en San Fermín en 2017, el año siguiente a la agresión sexual de ‘La Manada’. El objetivo de aquel trabajo era mostrar qué situaciones podía encontrarse una chica que sale sola. Tampoco es que viviera ningún momento violento, ni mucho menos, pero sí incómodo. Creo que es necesario concienciar de que hay determinadas conductas que llevan años normalizándose cuando se mezclan fiesta y alcohol. Y hay que pararlo. Con aquello no pretendíamos criminalizar esas fiestas de San Fermín, porque aquello que grabamos le puede pasar a cualquier chica en cualquier lugar de fiesta. Y se ha demostrado con todos los casos que han ido saliendo después a la luz. Hay trabajo por hacer, también en los medios informando y concienciando.
¿Cómo podríamos abordar el problema?
Lo que está claro es que hay un problema de base en la educación sexual de los niños y adolescentes. Algo estamos haciendo mal si normalizan estos delitos. La cifra es escalofriante, cada día se registran en España una media de 7 casos de abusos sexuales cometido por menores. Hay que ir a la raíz, prevenir.
¿Qué opinión te merece la presencia de la mujer en el actual escenario político?
Sin duda, se ha avanzado mucho en la carrera por la paridad en la política. Tenemos a grandes mujeres abriendo el camino. Pero aún queda mucho por recorrer. En los ayuntamientos de España, solo uno de cada cuatro tiene alcaldesa. Al frente de los gobiernos autonómicos también son minoría. ¿Y para cuándo una presidenta del Gobierno? La política no es una excepción. La brecha de género y el techo de cristal son una realidad que tiene que afrontar la sociedad en su conjunto, hombres y mujeres.
¿Crees en las promesas electorales?
Creo en la política y en su capacidad de cambiar la vida de la gente. No soy una negacionista de la política, vaya. Pero de ahí a creerme todas las promesas electorales, no. Cuántas veces las hemos visto caer en saco roto. Y a muchas se las identifica de lejos, promesas que las escuchas y piensas: ¿si saben que esto no es viable hacerlo, por qué nos intentan vender la moto?
Sobre si le gustaría dedicarse a la política, entre risas, nos respondió:
Quizá sea porque la vivo ya muy de cerca como periodista, pero tengo clarísima la respuesta: NO.
¿Y tu Alicante querido, para cuándo Victoria… ¿Vacaciones, ahora, en septiembre?
He hecho todas las escapaditas que he podido los fines de semana en agosto. Y tengo aún unos días libres en septiembre y octubre en los que seguro que me dejo caer por allí. Mi pueblo, Elda, me da la vida. Es mi lugar de recogimiento y, a veces, necesito escapar del caos de la vida en Madrid y refugiarme allí unos días para coger impulso y volver a la carga. Este año fui la pregonera de las fiestas de Moros y Cristianos de Elda y fue un momento muy especial. Ahí sentí que ya no le podía pedir más a la vida.
Viajar es una de tus pasiones, ¿algún destino en mente?
Pronto viajaré a París para visitar a un amigo al que acaban de destinar como corresponsal en la ciudad. Estudié allí durante un año y tengo ganas de volver. Y este verano me he iniciado en el surf y me ha encantado, así que ando buscando algún destino paradisíaco de mar que me permita volver a hacer este deporte que, desde luego, engancha.
Viajar… Sin dejar de llevar un libro. Además, te apasiona la lectura…
No concibo la vida sin los libros. Aunque pueda sonar exagerado, quitarme los libros sería como amputarme un brazo, quitarme algo que lleva desde siempre conmigo. Desde muy pequeña me recuerdo leyendo a escondidas por las noches con una linterna en la habitación. Y, ahora, entre las prisas y el estrés de la vida adulta, los libros son el refugio de mis momentos de pausa.
¿Qué has leído últimamente? ¿Algún autor preferido?
He aprovechado para leer un par de novelas que tenía pendientes de Annie Ernaux, la escritora francesa que ganó este año el premio Nobel de Literatura. Ella ya era una de mis escritoras favoritas. Suelo leer a mujeres y me gusta mucho el género de la autobiografía. Entre mis autoras imprescindibles están Natalia Ginzburg, Vivian Gornik y Maggie O’Farrell.
¿Y escribir, forma parte de tu vida o algún proyecto en ese sentido?
Nunca digas nunca. Pero admiro tanto la buena literatura, que siento que nunca escribiría algo lo suficiente bueno como para ser publicado. Es un melón que no creo que llegue a abrir nunca.
Si alguna vez escribieras tus memorias -llegado el caso- seguramente tu madre ocuparía páginas especiales, ya que hemos leído algún comentario tuyo en el que confiesas que le debes todo…
Es cierto que se lo debo todo. Mi madre fue la que nos educó a mi hermano y a mí. Y nos educó libres para elegir quiénes queríamos ser. Ella nunca juzga, solo escucha y te aconseja y te arropa en el camino que eliges. Si no hubiera sido por su apoyo incondicional, no habría llegado hasta aquí. Este año, me acompañó cuando recogí la Antena de Plata. Y fue muy especial poder compartir este premio con ella.
También tus más sinceros pensamientos sobre tu padre, al que has tenido la desgracia de perder…
Hace ahora dos años que mi padre falleció. Fue de repente y no pudimos despedirnos. Pero es reconfortante saber que se fue sin que quedara nada pendiente por decirle. Nada nos gustaba más que bajar juntos al bar a leer la prensa mientras tomábamos el aperitivo. Soy muy parecida a él de carácter y ahora me encanta reconocerme en mi padre en las pequeñas cosas del día a día.
¿Cuál es tu mayor ilusión en la actualidad?
Lo que vaya a pasar hoy. El ahora. Me ilusiona cada día en el trabajo, un libro nuevo por leer, una tarde por delante con mis sobrinos. No soy de pensar a largo plazo.
¿Cómo periodista a qué aspiras?
Aspiro a ser honesta y ejercer el periodismo con responsabilidad. A nunca perder el foco de lo importante: la noticia. Y a disfrutar del camino en mi trabajo con los compañeros que lo recorren conmigo.
¿Y como mujer?
A ser feliz; a sentirme grande con las pequeñas cosas cotidianas, que al final son las más importantes.
Ya la vemos: Victoria Arnáu, una mujer siglo XXI, con las ideas muy claras y los sentimientos muy sinceros… Una profesional que disfruta de un éxito televisivo que, indudablemente, cuenta con los pilares para que, cada día, merecidamente… ¡vaya a más!
© Bayres/ALGENTE
Fotos©Liliana Cozzi