UNO DE LOS NUESTROS. PROTEJAMOS AL ÁGUILA IMPERIAL

La protección de nuestro entorno medioambiental, flora y fauna, es un asunto que nos atañe a todos.

Las tareas silvícolas correspondientes a esta época del año provocaron la tala de un pino piñonero en el que anidaba una imponente pareja de águila imperial. Es sólo un ejemplo de la interferencia que puede provocar la mano del hombre en la naturaleza. EQUO Madrid pide coordinación y mentalización para que esto no se repita.

 

Normalmente quienes nos siguen mes a mes cuando acabamos de entrar en la recta que nos llevará a nuestro décimo año de vida, saben perfectamente cuál es nuestra línea periodística y los contenidos que entran o salen de nuestras páginas y con cuáles connotaciones temáticas.

En esta ocasión y una vez más, haciéndonos eco, exclusivamente, de lo que forma parte de nuestro entorno, vamos a ocuparnos de la reciente tala de un árbol en el que anidaba una pareja de águila imperial en el Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama, algo que. es de agradecer: no ha pasado inadvertido para EQUO Madrid que ha denunciado, como comunican a ALGENTE, precisamente “la tala de un pino piñonero de gran porte que sostenía la plataforma en la que anidaba una pareja de águila imperial”.

Si hablamos de una especie en extinción, entonces, lógicamente, el tema debía cobrar, como así ha sido (porque hay quienes se ocupan de mirar con lupa episodios como el que nos ocupa) la dimensión de denuncia inmediata que, independientemente de lo que ocurra a partir de la misma, debe tomarse con la mayor seriedad o, al menos, eso es lo que debería enmarcar un hecho de estas características.

Al ocuparnos de este tema, desde el Grupo de Recuperación de la Fauna Autóctona (que habitualmente se encarga del seguimiento de estas aves) nos comentan que la inexplicable tala ocurrió en nuestra comunidad “durante la realización de tareas silvícolas, en una finca particular, de Sevilla la Nueva”.

Sobre lo ocurrido, subrayan con razón que “la formación verde exige un mayor control de este tipo de trabajos, cuando se realicen en áreas de especial sensibilidad para la fauna.”

El secretario general de Grefa, Fernando Garcés, sobre el tema, puntualizó textualmente:

“Las tareas silvícolas que se estaban llevando a cabo, principalmente poda y entresaca de ramas, contaban con la preceptiva autorización y en ella se establecían las zonas a intervenir y las actuaciones permitidas en cada una de ellas…Creemos que lo sucedido se debe a que los encargados de realizar estas labores de mantenimiento de la vegetación se han extralimitado en sus funciones y han talado un pino piñonero de gran porte, en el que anidaba desde hacía varios años una pareja de águila imperial”.

Alejandro Sánchez, por su parte, como portavoz de Equo y diputado del Grupo Parlamentario Podemos en la Asamblea de Madrid, subrayó categóricamente que “estos hechos suponen un delito contemplado en el artículo 334 del Código Penal, ya que pone en peligro la reproducción de una especie en peligro de extinción, por lo que esperamos que la Consejería de Medio Ambiente y el fiscal emprendan las acciones judiciales pertinentes para que se sancione esta inaceptable acción”.

Más adelante, agregó taxativamente:

“Pedimos, además, una mayor coordinación entre los servicios de protección de la naturaleza, dependientes de la Consejería de Medio Ambiente que es quien dio la autorización a la finca, y los agentes forestales que deberían haber supervisado de cerca estas labores silvícolas, que dependen de otra Consejería, especialmente cuando se lleven a cabo en zonas de especial protección o sensibles para la fauna y la flora, para evitar que hechos como este se repitan.”

Y quiso dejar claro que “no es la administración quien ha cortado el pino con el nido, pero tratándose de especies tan amenazadas y vigiladas como el águila imperial, nos sorprende enormemente que no existiera una supervisión exhaustiva de los agentes forestales de estos trabajos, lo cual sin duda se debe a la dispersión competencial que existe en estos temas en la Comunidad de Madrid”.

Finalmente a través del comunicado, solicitanque cesen de forma inmediata todas las labores silvícolas en esta finca para no interferir aún más en la nidificación de esta pareja de águilas imperiales, que tendrá ahora que buscar otro árbol para instalar su nido.” (www.equomadrid.org)

 

Pero…Veamos cómo son y cómo viven estas maravillosas águilas imperiales a las que debemos proteger.

Antes que nada digamos que el águila imperial es un ave rapaz, endémica, de la Península Ibérica en peligro de extinción y que  en la Comunidad de Madrid –de ahí la plausible reacción de quienes han contactado con nuestra redacción- sólo quedan ¡55 parejas reproductoras!