TETÉ Y GABINO ¡INTERCAMBIAN TALENTO Y BUEN HUMOR!
Después de su éxito en el madrileño teatro “Marquina” con “El intercambio”, Teté Delgado y Gabino Diego, seguirán por toda la geografía española.
Están felices y agradecidos a un público que les aplaude de pie porque, verles a los dos sobre un escenario.
Ver a Teté y a Gabino en el escenario, es algo que despierta en la platea no sólo las más sonadas carcajadas sino que, además, reflexiones de todo tipo al encontrarse con un argumento tan íntimo y directo “porque –nos dice Teté, metida en la piel de su personaje- vaya intercambio de parejas que mi respetable y serio marido me propone ¡¡y para celebrar nuestros y tantos años de casados!! A mí, en mi vida personal, no me gustaría, porque no creo que lo llevara bien ya que, cuando hay amor (como es mi caso pues estoy con mi novio desde hace 6 años encantada de la vida) no tiene sentido. Por eso y a estas alturas: ¡Yo no haría ningún intercambio! Pero, para gustos…Los colores”.
Ahora hablando de estos temas Teté y pensar que siendo jovencita querías ser científica…
Esa fue una época de mi vida y hoy me pregunto: “¿por qué yo quería ser científica?” Me imaginaba como Einstein o algo parecido. En fin, cosas de cierta adolescencia. Más bien, creo que quería arreglarme la vida e inventar una máquina de teletransporter y estar en muchos sitios a la vez para aprovechar la vida mogollón.
Pero también te metiste a estudiar psicología y luego lo abandonaste ¡¡para recibir clases de baile!!
Ohhh, cuando se me pasó lo de la física y química, es verdad: me fui a por la psicología que me encanta y me sigue gustando y lo sigo haciendo porque cada vez que analizo un personaje quiero saber por qué hace la gente las cosas que hacen y qué les lleva a hacerlo. Me parece una cosa muy interesante.
¿Pero quisiste ir para psicóloga?
Empecé, sí, efectivamente, pero después abandoné psicología con tres asignaturas aprobadas. Pasó que, cuando llegué a Santiago, descubrí un bonito mundo de colores y me empecé a meter a clases de baile, de salón, de jazz, de interpretación, de voz, porque en el fondo, cuando era pequeña, montaba festivales en mi barrio y ya se me veía el plumerito artístico. Después, ya de mayor, me dije. “Esto me gusta mucho…vamos a ir metiendo la cabeza a ver que pasa” Y aquí estoy, actuando, bailando, vibrando y lo que haga falta en un escenario.
¿Si te gusta analizar ciertas actitudes sociales y esa lamentable costumbre de burlarse de los demás, valorarás aún más los dos años de éxito que estuviste en el teatro con la obra “Gorda”…?
Por supuesto, tú lo has dicho. Movernos en un entorno social con esa lamentable actitud de burlarse del que es diferente, distinto, de quien no está siguiendo los cánones actuales que se supone que te tienen que gustar: sea del tema que sea, pero ¡ironizar, despreciar, burlarse! Yo siempre he tenido discriminación positiva hacia lo diferente. Lo distinto de entrada es guay.
Teté es sincera a rabiar y, detrás de su sonrisa permanente, habla con una seriedad pasmosa de estos temas:
Me acuerdo que cuando llegó un chico australiano al Instituto yo quería conocerlo y ver qué contaba al verlo tan distinto. Calcula, ¡que llegara a Galicia un tío de Australia, de las Antípodas! Yo quería saber…a ver cómo es…qué cuenta. Al final no nos hicimos amigos del alma pero bueno… era un tío estupendo. A mí, repito: me gusta lo diferente. Muchas veces -y esto es algo que nos lo dicen en casa y casi desde que eres un bebé- te “enseñan” a desconfiar de lo distinto. Y lo tienen fácil porque a un bebé puedes ponerlo a jugar con cualquier color que le da lo mismo.
¿Fuiste testigo en tu época juvenil del bulling?
Ay, no me cuentes…Cuando pasaba en mi época era discriminación hacia lo diferente…Y te decían ‘¡¡Ah…estás gorda!!!’ Estoy gorda ¿Y qué? ¿Qué pasa? Y con eso desarmas a quien pretenda meterse en algo que asumes.
En los tiempos actuales, además, existe esa sensación de poder que te da el exhibir lo que te dé la gana colgándolo en Internet. Es de escándalo…Colgar lo que se te antoje en Internet como una verdadera obra de arte. ‘Mira lo que hice’, puedes decir… ¡Y es alucinante que eso tenga seguidores! Lo ven como un triunfo. Alucino de que haya un loco que lo haga muy bien, pero que tengan locos suficientes para que les sigan…Es preocupante.
Y el rock en tu “día a día”: ¿Qué nos cuentas? Primero fuiste la voz de “Teté y los Supremos” y luego “Teté y los Ciclones”: ¿El rock es parte de tu vida?
Sí, muy importantísimo. Con los Ciclones sigo…Pero claro, la suerte que tengo es que todos tienen un trabajo y tienen otras bandas donde tocar porque sino no podrían tener una banda estable y seguir manteniendo la banda viva. Reconozco que al hacer teatro no puedo compatibilizar con la banda, que sube y baja, pero vamos: permanece esa entrega y esa pasión.
Gallega de El Ferrol ¿Te marcó en algunas cosas la educación de la época?
Nací en El Ferrol porque mi madre se crió allí y fue a dar a luz porque se llevaba muchísimo dar a luz donde está tu madre y allí también estaba mi abuela. Allí nacimos mi hermano y yo, pero no nos criamos en Ferrol aunque le tengo mucho cariño…Eso sí: Tiene un puntito que todavía conserva de cuando tenía la Capitanía General, ese puntito clasista conservador, que no va mucho conmigo. Recuerdo que yo oí mucho en Ferrol decir: ‘No andes mucho con marineros’…A lo que yo me decía: ‘¿Qué pasa?’ No me caló, no me iba ese tipo de conducta y mira ¡Salí hippy!
No hace falta ir al teatro –aunque no os la perdáis- para partirnos con una Teté Delgado que, muchos recordarán, se hizo muy popular con su personaje televisivo en “El Súper”.
¿Se cumplieron tus ilusiones profesionales desde entonces?
Llegué a Madrid a ver lo que pasaba. Y de repente llegó ‘El Súper’, que funcionó muchísimo y en un principio iban a ser tres meses, luego fueron siete meses y medio. Fue la puerta por la que me colé en todas las televisiones. Aproveché muchísimo el tirón de “El Súper” para hacer programas, colaboraciones…Me convertí en una cara muy familiar.
Y pensar que cuando llegué a Madrid yo deseaba ver mi nombre en el Broadway de aquí. En un trozo de Callao, y qué emoción: logré ver mi nombre escrito en el Capitol de la Gran Vía creo que con “Pop Corn”. Fue entonces cuando me dije: ‘Bueno ya está, ya está’.No tenía ninguna expectativa pero a veces me he parado a pensar y me digo: ‘No estuvo mal para una chica de porriña’.
¿Y tus ilusiones como persona?
Como persona yo tampoco perseguía ninguna cosa. Yo voy por la vida con mi maleta y los brazos abiertos, a ver qué pasa…. A ver qué me ofrece la vida…Y a partir de ahí, disfrutar y vivir todo lo que pueda. Por ejemplo, la vida me mandó a vivir cinco meses en Las Palmas a hacer un montaje y ahora tengo mi segunda casa allí. Así es la vida…
¿Crees que hoy día es más difícil encontrar una pareja?
El amor es igual que siempre, lo que pasa es que las parejas, antes, duraban más pues porque tenían que durar o una cosa así…Cuando no había divorcio ya no te podías separar. Encontrar el amor de verdad, es igual de difícil. Las personas seguimos siendo las mismas lo que ocurre es que o te enamoras o te dejas de enamorar. A lo mejor, ahora como es fácil separarse, la gente aguanta menos y eso está bien también.
¿Cómo ves a la España de hoy día en general?
Que vamos peligrosamente para atrás. Se ha perdido en educación, se ha perdido en sanidad, hay un paro juvenil espantoso y los que están bien preparados se tienen que ir fuera. Mucha corrupción. Una enorme desigualdad. La gente joven tiene un umbral de maltrato altísimo. Hay mucha permisividad con el maltrato psicológico…Estamos yendo para atrás en muchísimas cosas. Por eso me pregunto ¿Cómo van a venir las generaciones que vienen?
Teté se lleva fenomenal con Gabino Diego al que admira como actor y como persona, aunque tengan diferentes respuestas para alguna pregunta parecida.
A él también pudimos entrevistarle comenzando con la misma pregunta con la que nos despedimos de Teté…
¿Cómo ves a la España de hoy día, en general?
En el mundo algunas cosas han mejorado y otras han empeorado. Yo creo que si nos comparamos con la vida que tuvieron nuestros padres creo que estamos un poco mejor. Mucho mejor que los años de la post guerra pero pienso que tenemos que mejorar muchas cosas.
Quién te hubiera dicho en aquellos años mozos cuando cantabas en el metro, que llegarías a ser una estrella de los escenarios…
Yo siempre soñé con trabajar en el mundo artístico pero poco a poco. Mi pasión siempre fue la música, el teatro… Pero en realidad nunca se sabe lo que te pueda pasar y aquí estamos con un pie en una gira que nos llevará por toda España.
¿Qué opinas sobre hacer esa proposición en la vida real?
Este es un personaje cuyo punto de partida es ese. En la vida real pues el que lo quiera hacer me parece bien. Creo que mientras no le hagas daño a la otra persona, todo está permitido.
Tras los últimos Goya tendrás un especial recuerdo hacia el Goya que obtuviste con tu papel en “Ay Carmela”, y hacia las cuatro veces que estuviste nominado…
Sí, la verdad es que estuve nominado cuatro veces y fue maravilloso, pero creo que el mejor premio es cuando te dan un buen papel y el siguiente premio es que el público acoja bien tu trabajo. Lo demás viene después, pero el principal premio, es ese.
Venía de “Las bicicletas son para el verano”, primero y “Viaje a ninguna parte”, después.
Más tarde, en el 94, fue nominado por cuarta vez para un Goya con “Los peores años de nuestra vida”.
¿Existen en tu vida algunos “peores años” o, en general, estás agradecido a lo que te ha tocado vivir?
En la vida te tocan, naturalmente: momentos buenos y otros malos, pero creo que yo soy un afortunado. En el resto del mundo mucha gente no puede hacer lo que yo he hecho y hay gente que no tiene ni para comer. Por eso digo que soy muy afortunado.
Se te ve como si no pasaran los años para ti, como por encima de cualquier estrés…
Uy… ¡Quién te ha dicho que no tengo estrés! Tengo ‘estrés’ ‘escuatro’ ‘escinco’ (ríe). Todo el mundo tiene estrés, todos tenemos preocupaciones, pero bueno, lo que hay que hacer es tratar de convivir con tus estrés, con tus cosas y tus historias. Hay mucha gente estresada que también parece muy joven, no tiene nada que ver…
¿Pero y esa jovialidad con la que siempre te muestras…Alguna “fórmula mágica?
¿Mi fórmula? Ah…no te la puedo decir…Esta jovialidad que tengo…No te la voy a decir…porque me robarían la marca.
Ja ja ja…Es broma. ¿Que qué fórmula tengo? Pues no tengo ni idea, lo importante es levantarte cada día con ilusión y con ganas de disfrutar de lo que estás haciendo.
¿Eres hogareño?
Sí…me gusta mucho estar en casa…Leer, escuchar música…me encanta.
¿Cómo ves el futuro de nuestras jóvenes generaciones, siendo padre de una hija?
Mi hija va a tener 22. Pues sí, es una generación que ha cambiado mucho el mundo. Sobre todo Internet ha hecho que las cosas cambien, algunas veces a favor y otras veces creo que muchas cosas no están bien porque Internet no ayuda mucho, pero en general es positivo lo que ha traído eso. Lo importante es que los chavales sean curiosos, tengan ilusiones, tengan ganas de investigar lo que pasa en el mundo, en las artes, en el cine, en el teatro, en la música, eso es lo más importante y con Internet tienes más facilidad de acceder a todas esas cosas, pero vamos, eso da igual. Lo importante es que los jóvenes estén motivados para poder estar interesados en lo que pasa en el mundo.
¿Piensas que los padres tienen que estar pendientes de sus hijos que pasan horas frente al ordenador?
Sí, los padres, sí…los padres, sí…Pero los hijos hacen los que les da la gana, como yo hacía con mis padres. Mi madre decía: “Nadie escarmienta en cabeza ajena”…Pues bueno, pues eso…
Teté y Gabino, Gabino y Teté, intercambiando reflexiones, recuerdos y experiencias con ALGENTE, nos han permitido conocerles un poco más fuera de la escena. Y, como apreciarán nuestros miles de lectores, ha merecido la pena…
Entrevista y fotografías:
©Julio Bonamino/Liliana Cozzi
Bayres/ALGENTE