TAMARA: “NO HAY QUE PERDER LA SONRISA”
El 27 del mes que viene, Tamara, una cantante tan cercana, por su forma de ser, de interpretar, de cantar, cumple un año más.
“Cuando bajo del escenario me transformo en una ama de casa”
“Tengo 4 hijos a los que me entrego totalmente”
“El menor de 8 meses está obsesionado con el pecho, me lo tengo que llevar a los conciertos”
Recibe a ALGENTE en un paréntesis que tuvo que “inventarse” ya que es una de esas artistas que, mientras menos ruido produce en el periodismo mal entendido y en alguna que otra caja tonta, más ha crecido por dentro, aunque –a la vista está- jovialísima como siempre ¡por dentro y por fuera! Y además, dueña de una agradecida veteranía que le ha dado ese “saber estar escénico”…
En esta entrevista exclusiva descubrimos a la Tamara íntima, a la de andar por casa, a esta mujer a la que si no fuera por la sinceridad que nos regala en este encuentro, sólo podríamos quedarnos con la artista, sin embargo, con sus respuestas, nos sorprende una Tamara ama de casa y sobre todo conoceremos de “tú a tú” a toda una madraza…
Pasen y compruébenlo ustedes mismos.
¿Le das importancia al tiempo?
Cuando una cumple años lo importante es saber que has vivido y que vives el día a día, disfrutándolo…Eso es lo bonito. Soy consciente de que tengo que sentirme una privilegiada por haber podido vivir en estos 32 años que voy a cumplir, todo lo que lo que me ha dado la vida…
¿Crees que se puede ser feliz con poco…?
¡Hay que saber ser feliz con poquito! Es cierto que yo he podido disfrutar mucho de muchas cosas pero cuando no las he tenido, también he sabido ser feliz con lo que tenía, sin pretensiones. Tienes que estar conforme y ser feliz con lo que vives cada día. Tener gente que te quiere y a la que puedes querer y… lo más sencillo: no hay que perder la sonrisa… No le doy importancia al tiempo, pero lo que yo quiero es vivir…
¿Qué diría el gran cantaor flamenco Rafael Farina de su nieta Tamara?
Yo pienso que se mostraría orgulloso… Tanto mi abuela como mi abuelo fueron artistas y lo que he visto en mi casa ha sido eso: Mucho trabajo, mucho esfuerzo y una normal naturalidad a la hora de la profesión, además de ser buenas personas en casa. Han trabajado mucho. Eso es lo que yo he visto siempre y lo que he aprendido: Ir poquito a poco.
¿Nunca has dejado de vivir por culpa de tu profesión?
¡Jamás! Tomarlo todo con tranquilidad, sin dejar de vivir ya que tu profesión tampoco te puede absorber porque puede ser peligroso y hacerte olvidar quién eres realmente. Tiene que haber un equilibrio entre tu trabajo y tu vida diaria. Hay que saber parar de vez en cuando. No siempre todo vale, no siempre el éxito es lo más importante en la vida porque en el fondo es algo efímero.
¿Tus abuelos han sabido disfrutar de su arte?
Y tanto… Mis abuelos eran personas muy trabajadoras, humildes y han sabido disfrutar plenamente de su trabajo y de quienes les rodeaban. Y yo intento hacerlo igual.
¿Has heredado también ese arte que tenía tu abuela bailando?
Siempre me ha gustado mucho bailar, desde niña. Pero me da mucha vergüenza hacerlo delante de los demás. Mis padres dicen que bailo muy bien, pero sólo lo hago en familia, en ‘petit comité’ porque incluso, me sonrojo. Me encanta bailar y cantar. En mi casa a todos nos encanta la música… Unos la ejercemos y otros no, pero la música la tenemos dentro, no lo podemos evitar.
Tamara, lo vemos y lo veremos más aún, es sencilla, humilde, en sus respuestas, pero la realidad que la rodea como artista habla por sí sola ya que no para: nueva gira, viajes que vienen y van, éxitos por doquier…
Lo asimilas todo con una tranquilidad…
Uy, eso es lo de menos ¡Lo más fuerte es tener 4 niños! Además van a un colegio francés y las vacaciones que les dan en distintas ocasiones a lo largo del año, son tremendas… Hay momentos en los que ya no sabes qué hacer con ellos. Entre la mayor que tiene 9 años y su Primera Comunión que está a la vuelta de la esquina y por eso, claro: sobrellevar lo de la catequesis y mi pequeño que con 8 meses sigue tomando el pecho, esto hay que vivirlo día tras día, con un amor y una dedicación que me apasiona. Y todo sumado a los dos del medio ¿Qué os parece?
Nos facilita una foto de un pasado evento donde la vemos llena de felicidad junto a su esposo y a tres de sus cuatro hijos.
En esta imagen falta como es lógico el pequeñajo del que he de decir que está obsesionado con el pecho, por eso me lo tengo que llevar a los conciertos porque es imposible pensar que deje de tomarlo… Aunque reconozco que lo he hecho con los 4, llevándomelos a donde tuviera que trabajar para poder seguir manteniendo el pecho al menos 7 u 8 meses.
Si quienes la conocen en el escenario y la siguen desde hace años por sus incomparables interpretaciones la aplauden de pie, los que pertenecen a su círculo más íntimo también la aplauden, además de por ser el pedazo de artista que es, por cómo es la otra Tamara dando vida a una madraza que sus hijos adoran.
Desde el primer momento que me enteré que iba a ser madre decidí que quería pasar con mis hijos el mayor tiempo posible. A los cuatro me los he llevado a mis viajes desde el primer día. ¿¡Si no, para qué los tengo!? Yo estudio con ellos, hacemos los deberes juntos, me encanta jugar, tirarme al suelo, hacer el payaso con ellos y disfrutar a su lado cada instante.
Y sobre las tareas domésticas agregó algo –literal- que sorprenderá a muchos de sus seguidores…
Soy una obsesa, por ejemplo con las manchas de la ropa, yo pongo la lavadora, pero antes reviso las prendas una por una y si hay manchas froto bien con el jabón lagarto de toda la vida. Es decir: Soy una ama de casa marujona…
¿No nos dirás que después de tus galas estás deseando volver a casa?
Totalmente ¡Tengo doble personalidad! ¡Cuando me bajo del escenario me transformo en una maruja! Me encanta la cocina y vivo la rutina de mi casa apasionadamente. Por ejemplo, tengo una perrita de 11 años, que tiene medicación diaria y por la única que se deja tocar las orejas y con quien toma la medicación, es conmigo, así que todas las noches, cuando acuesto a los niños, me dedico a ella, a darle sus pastillas para los oídos, para la piel… Cuando me quiero dar cuenta son las 12 de la noche. Veo el final de los programas ya que cuando quiero empezar a verlos, están terminando…Por ello, a quien se pregunte por qué no estoy más activa en las redes sociales, que sepáis que no tengo tiempo para ocuparme de nada más.
Tienes una rutina diaria muy volcada en los tuyos…
Yo soy ante todo una madre como cualquier mujer, que las pasa canutas como una más, que los niños me desesperan de vez en cuando, que me quiero tirar de los pelos algunas veces y necesito dar una vuelta para respirar, que a veces no me da tiempo ni a ir al supermercado, cocino como todas las madres del mundo…Pero por todo eso soy súper feliz.
¿Si te dejasen, te irías a vivir a una isla desierta o eres mujer de ciudad?
Uy, qué va, qué va… No me gusta ni la playa, ni la montaña, ni la nieve… Soy muy casera. Si hace frío a mí me gusta mi calefacción, mi tele y cocinar. El mar me encanta y da una energía maravillosa, pero me gusta cuando no hay gente, por la noche, para pasear. Pero eso de ir con todo el sol, rodeada de gente, comiéndome un bocadillo con arena… La verdad es que no me gusta. Además para la comida soy muy sibarita. Me gusta mucho la comida; como poquito pero lo que como me gusta que esté muy bien. Eso sí, disfruto de todo tipo de comida, la alta cocina, la comida casera… Pero eso de ir a la montaña con la tienda de campaña y los bichos al lado… Vamos que aventurera no soy, lo siento pero no. A mí me gusta estar en casa, en la ciudad y tener todo a mano.
¿Cuál es tu plato estrella?
Uy, si hicieran un Master Chef de famosos, sería la primera en apuntarme para que me enseñen, porque cocinar me vuelve loca. Me encanta pasarme el día cocinando. Hace un ratito he hecho adobo, típico de Sevilla, que a mi marido, aunque es de Las Palmas, le encanta; después de 13 años conmigo ya se ha acostumbrado a la comida sevillana. Yo hago de todo, pero creo que lo que más rico me sale es el cordero o el cabrito al horno. Además es lo que más le gusta a mi marido y ya me he especializado. Cocino desde los 8 años. Es otro mundo fascinante. Creo que hay que tener una sensibilidad especial y me parece que es muy ‘de piel’.
Cambiando por completo de tema, ¿hay algo que no soportes de la sociedad actual?
Sí, muchas cosas. Pero en especial la anticultura que hay hoy en día entre la gente joven. Me parece algo horrendo todo lo que se vive. Tanta gente joven que no quiere estudiar y quienes piensan que con tal de ir a los programas de televisión ya se puede vivir, haciéndose famoso rápido…Esos jóvenes que no piensan para nada en forjarse un futuro…Todo esto y más está haciendo mucho daño a la sociedad española y por ello, confieso que tengo miedo por mis hijos. Parece que lo guay en estos tiempos es ser un maleducado, no tener principios, no tener moral, no querer realizarse. Me da pena que no quieran estudiar, conocer mundo, viajar, conocer otras culturas, otras personas, respetar y escuchar a la gente mayor que tiene más conocimientos, cometer errores para aprender a levantarse… Creo que eso es lo que convierte a una persona en una gran persona. Y la corrupción que hay, yo no entiendo de política, soy más artista y más bohemia pero una cosa es no entender y otra muy distinta es no escuchar, y yo escucho. Hay muchas cosas que no entiendo, por ejemplo, el tiempo transcurrido sin que hayamos podido hablar de un gobierno afianzado ¡Eso no ha pasado en ningún país! Y el terrorismo, es algo brutal. Cómo está el planeta, cada vez peor… Por todo ello, como madre, lo dije y lo repito: ¡¡tengo mucho miedo!!
De nuevo de gira, 16 años después de tu primera aparición estelar…
Ahora estoy haciendo una doble gira. Una con el nuevo disco ‘Lo que calla el alma’, más pop y otra que es ‘Alma de Bolero’, que únicamente tiene acompañamiento de piano, que es lo que estrené en Madrid por primera vez, en el Gran Teatro Príncipe Pío. Aquí canto todos mis boleros de éxito y boleros de toda la vida que nunca antes he cantado. Así que estoy con la doble gira hasta diciembre.
¿Podrías decirnos un defecto que creas tener y una virtud?
Uy, virtudes muy pocas y defectos muchísimos. Mi virtud diría que soy una persona que tiene una paciencia maravillosa, intento siempre ser positiva y vivir siempre con una sonrisa. Pero defectos tengo… Uf, tengo tantos. A veces puedo ser un poco pesada, un poco caprichosa, puedo llegar a ser muy infantil… Aunque he de decir que quiero más a mi pareja por sus defectos que por sus virtudes.
Se nota que para ti la palabra amor es muy importante, ¿pero hasta qué punto?
Junto con la salud, el amor es lo principal en esta vida.
©Nuria Santero/Bayres/ALGENTE
Fotos©Liliana Cozzi /ALGENTE