ROCÍO DELGADO: “Es un honor que la gente nos elija para informarse”

Entra cada noche en los hogares de Madrid presentando las noticias de Telemadrid a las 20,30.

Su fotogenia y natural simpatía acompañan a una profesionalidad que queda patente en cada una de sus intervenciones.

Hablamos de Rocío Delgado que el pasado 16 de julio cumplió 30 años

¿Te imaginabas siendo jovencita que presentarías nada menos que un Telediario?

La verdad es que no -nos dice mientras ríe con ganas-. Recuerdo precisamente de pequeña ver a María Rey, Olga Viza, Rosa María Mateo… Magníficas profesionales al frente de los informativos a las que admiraba muchísimo y pensar, siempre lo he hecho, en la gran responsabilidad que supone estar ahí. Tener ese papel.

Rocío estudió periodismo en la Universidad de Navarra y cuando acabó la carrera se trasladó a Madrid comenzando a trabajar en la redacción de informativos de Antena 3

Cuando acabé la carrera me vine a Madrid y empecé a trabajar en la redacción de informativos de Antena 3. Me incorporo a Telemadrid en octubre de 2007 como reportera en los informativos de fin de semana. Durante dos años presenté un magacine semanal: «Escenario Madrid» en el que hablábamos de todos los estrenos de cine, teatro, nuevos libros… Un fantástico programa de cultura dirigido por Nacho Sacaluga. Y desde hace ahora justo un año, presento los informativos de las 20:30.

¿Qué tal estudiante eras en tus años más juveniles?

No era mala estudiante, pero había asignaturas que se me atragantaban… ¡No me hacía con las matemáticas, física, biología! Todo lo que tuviese números, vaya. Luego otras materias como literatura, arte o historia las estudiaba sin esfuerzo. Vamos, que me centraba sobre todo en lo que más me gustaba.

¿Cómo recuerdas tu infancia?

Muy feliz…He tenido esa gran suerte. Crecí en Vigo que es una ciudad maravillosa que aprovecho para recomendar y viendo el mar por la ventana cada día ¡que es algo que echo mucho de menos aquí en Madrid! Y tengo una familia que me ha apoyado siempre y unos amigos increíbles, no me puedo quejar.

Le comentamos a Rocío que de un tiempo a esta parte se ha innovado en los Telediarios con la imagen de profesionales jóvenes, pero que sin embargo sorprenden más allá de su estética al el saber contar todo tipo de noticias…

La profesionalidad no está reñida con la buena imagen.

Tú Rocío, ¿le das importancia al aspecto físico?

A ver, creo que lo importante cuando te pones delante de una cámara y lo que de verdad valora el espectador, más allá del aspecto físico, es que le llegue lo que le cuentas. Ser un buen comunicador… El mejor halago que alguien te puede hacer cuando sales del informativo o terminas de hacer una crónica en directo no es «qué bonita era tu chaqueta» si no «qué bien lo has contado» o » estaba tan pendiente de lo que decías que ni me he fijado en lo que llevabas». Esa, al menos, es mi aspiración. Obviamente, el aspecto físico hay que cuidarlo, pero por respeto al medio en el que trabajamos y a las personas que nos ven. Debería ser en todo caso el valor añadido, no la prioridad.

¿Eres melancólica, alguna vez miras atrás o piensas en tu pasado?

¡¡Mucho!! La «morriña» que decimos los gallegos… pero creo que es bonito también ser un poco melancólico, ¿no? significa que en el pasado has vivido momentos preciosos que merece la pena recordar…

¿Te cuidas, vas al gimnasio, respetas los horarios, duermes las horas suficientes o el trabajo fuera de cámara, te supone privarte de muchas cosas?

Bueno, intento sobre todo cuidarme la voz ¡es mi única obsesión! Me gusta mucho hablar, creo que como a todos los periodistas –vuelve a acompañar con una simpática risa contagiosa su respuesta-, así que para no quedarme afónica procuro evitar los aires acondicionados, las bebidas frías y descanso la voz durmiendo el máximo de horas que puedo.

¿Qué sensaciones experimentas al ver programas de tus comienzos?

Uf! pues me encanta de vez en cuando «tirar de hemeroteca» porque vamos tan rápido que a veces olvidamos lo que hemos hecho el día anterior… Cuando me veo pues recuerdo con cariño personas, anécdotas, los nervios del primer directo, errores, risas… Veo sobre todo ganas e ilusión. Me gusta echar la vista atrás para darme cuenta de cuánto he aprendido ¡y de lo que me queda por aprender!

Se te ve entregada y feliz por lo que haces… ¿Y si de pronto te ofrecieran ser corresponsal de guerra, por ejemplo?

Pues como soy bastante impulsiva  diría ¡sí! ¿dónde hay que firmar? A ver, es como la utopía de cualquier estudiante de periodismo… Y un trabajo en el  que te juegas la vida… recuerdo cómo me marcó el libro «Morir para contarlo» de Julio Fuentes… Pero creo que hay que poner en valor el trabajo de los reporteros… ¡Aquí! Que te cuentan la denuncia de los vecinos de San Blas, la historia del refugiado sirio que llega a Madrid, que hacen guardia durante horas frente a la Audiencia nacional… Esa labor también es importante. Creo que para ser un buen periodista no hace falta firmar las crónicas desde Irak o Afganistán… Un buen ejemplo es Pedro Simón (El Mundo) que cuenta unas historias increíbles sobre gente corriente que está muy cerca de nosotros. Sólo hay que saber mirar.

¿Feliz con la educación que te dieron?

Mucho… cada día doy más gracias y me siento más afortunada por la familia que tengo. Sin ellos, sin su fe en mí, su apoyo y amor incondicional no habría llegado hasta aquí.

¿Criarías a tus hijos de la misma forma?

¡Por supuesto! De momento practico con Gonzalo, mi sobrino.

Seguro que has vivido muchos momentos felices, pero ¿Hay alguno que te hubiera gustado no vivir o ahora, desde la distancia, te gustaría poder borrar de tu pasado?

La muerte de mi madre sin duda. Pero a la vez la siento muy muy dentro, me da mucha fuerza y sigue guiando mis pasos. ¡Todo lo que hago ahora es una dedicatoria a ella!

¿Crees en la familia?

Sí, sin duda me parece un pilar fundamental, un puerto al que volver siempre.

¿Hay muchas cosas que te hagan llorar?

Un buen final de un libro, de una película, un reencuentro… ¡es tan bonito emocionarse!

¿Eres de cocinar, de limpiar o pasas de todas esas tareas hogareñas?

 Me encanta comer, pero no soy muy cocinillas… y las tareas hogareñas no me gustan, pero hay que hacerlas ¡qué remedio!

¿Crees en la amistad de verdad, tienes buenos amigos?

Creo en la amistad y afortunadamente tengo muy buenos amigos… que me quieren, me apoyan, se alegran de mis éxitos y se entristecen con mis fracasos. Son fundamentales para mí, ¡aprendo tanto de ellos!

¿Qué opinas de las personas  a las que se les sube la fama a la cabeza?

Que tienen una falta de perspectiva absoluta… Porque «la fama» creo que es de las cosas más efímeras del mundo…

¿Eres exigente con todo en tu vida?

 Muchísimo, lo reconozco. Le pongo pasión a todo y si decido implicarme en algo lo hago con los cinco sentidos.

Cuando sales por ahí, seguro que te dirán muchos piropos. ¿Cómo te los tomas?

Pues con humor y agradeciendo las muestras de cariño… Es un honor que la gente esté al otro lado y nos elija para informarse. Son un estímulo para intentar hacerlo mejor.

Seguro que el “mayor piropo” que valora en su cotidiana profesionalidad, es el resultado  que le dan quienes la siguen en las noticias, cada noche, en Telemadrid.

 

 

                                                                                             ©ALGENTE

                                                                                     Fotos©Liliana Cozzi