¿Por qué los niños van de la mano de los jugadores, en las grandes finales?

Ver en las finales y en las finalísimas a los equipos contrincantes entrar en el campo acompañados de una simpática-emotiva y sonriente hilera de niños, no sólo emociona a sus padres, sino que da un “toque” de ternura a cualquier cita de ese calibre…

Pero:

¿Cómo surgió la tradición que nos muestra esa estampa?

¿Por qué en esos encuentros trascendentales, los jugadores de uno y otro equipo, salen acompañados por la ternura de unos chavales que no pueden –ni quieren- disimular la alegría (y la incredulidad) que sienten al pisar el césped junto a sus ídolos, situándose delante de cada uno de ellos mientras se entonan los respectivos himnos?

Y, últimamente, no olvidemos la más reciente costumbre de que, al finalizar el encuentro (algo que viene siendo habitual en el Barça), los hijos de tantos mediáticos, al compartir con sus papis la alegría del triunfo, nos permiten ver “la otra cara” de esos ídolos enternecidos al abrazar a sus pequeños que, en la reciente Copa del Rey, seguramente, habrán vivido también la frustración de la derrota…
Pero vayamos a dilucidar lo que en realidad nos ocupa: el por qué, en esos grandes partidos, los jugadores saltan al terreno de juego, acompañados por niños…

Tras hacer nuestros “deberes” ayudados por el imparable Caleidoscopio, podemos apuntar que el nacimiento oficial de tan peculiar protocolo deportivo en el mundo de las grandes finales del deporte Rey, nació  gracias a una iniciativa compartida de FIFA y UNICEF.

Fue en la organización de la Copa del Mundo de 2002 dentro de una campaña que bautizaron como  “Say Yes for Children” (“Di sí por los niños”), que apuntaba a una premisa mundial: mejorar y proteger la vida de los niños, procurando demostrar que, precisamente el fútbol, puede marcar una diferencia en tan preciada existencia.

De hecho, el fútbol, en los niños que lo practican en todo el mundo, es factor primordial en beneficio de la convivencia social de ellos y la relación de amistad y compañerismo que nace en esas circunstancias.

Y así fue, que los niños, acompañando a los jugadores, irrumpieran en los campos luciendo las camisetas de FIFA y UNICEF  con la leyenda de la citada campaña.

Existen otras teorías que aseguran que esta tradición nace en la sana intención de que las tribunas guarden corrección y que se potencie el juego limpio al recordar a esos niños como sinónimo de inocencia y pureza.

Se habla también de otras iniciativas empresariales aunque el origen, que es lo que queríamos saber, nos ha llevado a detenernos en esa campaña que, sin duda, nos recuerda claramente, la importancia de este deporte en la relación social y amistosa entre quienes lo practican desde temprana edad……O al menos, así debería ser, ya que hablamos de algo que tanto puede incidir en nuestra sociedad.