PIPI ESTRADA: EJERCE DE PADRE Y NO DE ENTRENADOR
«Los padres deben ser una referencia, nunca un problema»
Comienzo este nuevo encuentro, con una pregunta:
¿Los padres son un obstáculo para los niños que juegan al fútbol, metiéndoles en algunos casos una presión innecesaria?
Llevo muchos años en el fútbol y he tenido un hijo en los alevines del Real Madrid hace 20 años. Por ello, pude observar que hay diferentes tipos de padres a los que me permito clasificarles en base al comportamiento que tienen dentro de un campo de fútbol, pero me voy a centrar, concretamente, en esos padres que asisten a los entrenamientos y que tampoco faltan a ningún partido.
Esto no es criticable, es bueno.
Lo que no es lógico, es que marquen las directrices al entrenador, que quieran indicar dónde tiene que jugar su hijo y cómo tiene que jugar el equipo para el chaval… Esto es lamentable y confirmo que existe porque lo he vivido en primera persona.
Para este perfil de padres sólo existe su hijo y se olvidan de que integra un equipo, y que por tanto, debe tener espíritu de grupo.
Es una situación que me produce mucha pena por el niño, que tiene que soportar a un padre gritar, insultar y perder los papeles de una forma poco cívica y educativa, cuando debería ser un referente de buen comportamiento. El daño que estos padres les hacen a sus hijos, es inmenso.
El mundo del fútbol infantil debe ser el espacio donde los niños encuentren su felicidad y su formación como persona. Los motivos que yo veo para que algunos padres pierdan los papeles, son diversos.
Muchos creen que tienen una futura estrella que les va a sacar de la pobreza haciéndoles pensar que serán los nuevos Cristianos o Messis. Esto es terrible, ya que cuando el niño está en la fase de jugar y disfrutar del deporte que más le gusta, el padre sólo busca presumir delante de sus amigos de que tiene una futura estrella en las categorías inferiores.
Pero veamos: en el momento que el niño pierde las ganas de jugar, dejará de disfrutar y le convertirá -por su ignorancia, en ningún caso utilizo el calificativo de maldad-, en un esclavo.
Este artículo, como bien se aprecia, sólo habla del fútbol base. Los niños, son niños. Ya sea en fútbol o en otro deporte y los padres no pueden fallar. Supongo que esta reflexión a unos les gustará y a otros les causará indiferencia. Aceptar que muchos niños no llegarán a jugar en primera no es un fracaso, lo que sería un rotundo fracaso es que tú, como padre, no le transmitas los valores de la vida. Ejerce de padre y no de entrenador…