PEDRO CHICANO… UN ARTISTA PARA “ENMARCAR”
Fue uno de los fundadores en los sesenta del grupo musical “Los Pekes” del cual, al recibirnos nos comenta con un don de gentes que se nota al minuto de tratarle que “casualmente ahora, José María Iñigo y José Ramón Pardo nos producen todas nuestras grabaciones”.
Han pasado los años y nuestro anfitrión, Pedro Chicano, se muestra dueño de una juventud que no cesa, sobre todo cuando nos habla de su pasión, la pintura, motivo de esta entrevista que, como vemos, está ilustrada por algunos de sus cuadros, de sus retratos, de sus bodegones y de sus princesas -como el llama amorosamente a sus nietas-, son la gran pasión de su vida.
Después de recordar con el periodista aquellos años dorados al mostrarnos la portada del CD de Rama Lama Music de “Los Pekes (conjunto de moda para aquellas generaciones que son las que sí recordarán a Pedro en sus años mozos), nuestro amable anfitrión, mientras nos presenta algunas de sus creaciones pictóricas, nos dice:
Disfruto enormemente con los retratos por mi admiración hacia el personaje y en algunas ocasiones incluso, por haber tenido algún tipo de relación personal, independientemente de la dificultad de este género. Por ejemplo, aquí veis a José Luis Sampedro, economista, filósofo, humanista y una gran persona. Le conocí en el Sacedón, Restaurante de la calle Gaztambide de Madrid donde comíamos asiduamente. Siempre ha sido muy educado y cercano. Coincidiendo con la presentación del libro póstumo «Sala de Espera” en el Centro Cultural Blas de Otero de San Sebastián de los Reyes, expuse su retrato junto a Olga Lucas, su viuda, también escritora y un encanto de mujer.
Al detenernos en el cuadro de gran formato en acrílico de sus “princesas” Alba y Patricia, Pedro se emociona ya que “si te sensibilizas al pintar a filósofos, actores, deportistas, gente en general que merece la pena tratar y retratar, figuraros lo que me sensibiliza asimismo perpetuar la imagen de mis dos adoradas nietas”.
En otro de los rincones de su estudio en Rosa Luxemburgo de San Sebastián de los Reyes, vemos que cuelga el del recordado Fernando Fernán Gómez…
Un ser humano admirable: escritor, actor, guionista, director de cine; tuve el gusto de conocer a María Dolores Pradera acompañada por «los Gemelos» ¡Qué gran señora! Teníamos el mismo representante artístico y coincidíamos en algunos eventos. Me hubiera encantado conocer también a Analía Gadé y Enma Cohen –dijo refiriéndose a los otros dos grandes amores en la vida de Fernán Gómez- …Disfruté mucho pintando este retrato.
¿Cuándo comenzaste a pintar?
La pintura está en mí, desde la infancia…Sí sí, es así, una pasión que se remonta –cómo no recordar aquellos años- a cuando en el colegio el profesor me sacaba a la pizarra para dibujar con la tiza los Evangelios, por ejemplo, en gran formato. Y yo, por supuesto –aparte de que me libraba de entregar los ejercicios- encantado de poder dar rienda suelta a mi pasión desde que apenas era un niño…
Además de ese “don de gente” que mencionábamos, en Pedro Chicano se “capta” a golpe de lienzos, de pinceles y del color con el que tiñe los verbos y adjetivos que utiliza para explicarnos esa pasión, el “Don de pintor” autodidacta –como él mismo se define- como discípulo de profesores particulares a los que agradece, tales como: “Rosana, Eva Zaragoza, J. Molero, Cascajares, etc, etc. y, por supuesto, bebiendo de las aguas de Velázquez, Antonio López , Ricardo Macarrón, Isabel Guerra”.
Además de haber contado con el apoyo de tu entorno ¿Recuerdas a alguien que te haya animado especialmente en este camino fascinante y multicolor de la pintura?
El poeta y magnífico actor de doblaje Rafael De Penagos fue quien más me animó para dedicarme a este mundo pictórico de una manera más profesional.
¿Un mundo nada fácil, verdad Pedro?
Sin duda…Un mundo muy difícil pero, veréis: Yo pienso que un libro que no se abre se muere al igual que un cuadro que no se ve, que no se admira. Y es que, por ejemplo, el arte, la literatura, la danza, la música, el color, la palabra, el sentimiento todo se mezcla y todo se debe mostrar.
Como el logradísimo retrato –como todos los de Chicano- que pintó al “Brujo”, al que, como recordó para ALGENTE, “le conocía de la serie «Juncal » con Francisco Rabal, en los estudios “Sintonía” donde también hacía doblaje. Desde entonces para mi es “El Teatro” por excelencia: por su voz en escena, por cómo mide sus tiempos, por ser capaz –él solo- de mantener durante dos horas al publico acongojado sin respirar o riéndose. Tuve la satisfacción de exponer en el Hall del Teatro Adolfo Marsillach de San Sebastián de los Reyes junto con él, éste: su retrato”.
Como hemos podido comprobar, nuestro entrevistado, no escatima en sensibilidad humana y pictórica.
Un pintor que ha sido descubierto hace años por sus logros pero que aún queda por descubrir si valoramos su amplia faceta pictórica.
Observemos detenidamente sus logradísimas creaciones llenas de luz.
Un artista, nunca mejor dicho: para enmarcar…
J.B / L.C./ALGENTE