OJO EN LAS ROTONDAS Y EN LOS PASOS PEATONALES…

“¡¡Ahora en verano, ni te cuento!!”

Quienes “pateamos” y rodamos la calle por todo lo que concierne a una publicación como ALGENTE durante los últimos largos ocho años para llegar hasta esta, nuestra edición número 101, nos encontramos permanentemente con desagradables sorpresas al cruzar una rotonda –con la cantidad de despistados por ambos lados- o al observar cómo encaja el peatón el mayor o menor derecho que tiene al pisar un paso de cebra.

Hay actitudes, ejemplos, para todos los gustos.

Están los que no tienen, literalmente, ni idea, y cruzan rotondas y pasos peatonales como si fueran pilotos suicidas; también, aquellos que dudan al hacerlo montando involuntariamente una de “aquí te espero”; y no podemos olvidarnos de esos conductores demasiado prudentes que provocan –lo hemos visto- un choque en cadena…

Para abordar con seriedad el tema, acudimos a quienes saben, a esos profesionales que han propuesto soluciones en una campaña que debería potenciarse durante todo el año.

Aunque, no sin razón, nos dicen textualmente que: “¡¡Ahora en verano, ni te cuento!!” quienes están convencidos de que, como conductores del “día a día”, conviven con esta problemática.

Vayamos adentrándonos pues, poco a poco, en lo que, por ejemplo, se destaca en el Informe del Centro de Estudios Ponlefreno-Axa de Seguridad Vial, sobre el comportamiento de los conductores en las rotondas:

“Una maniobra que debe ser considerada como el momento más peligroso y dañino en la circulación por estas vías”.

No en vano desvela el citado Informe que La incorporación a las rotondas es sin duda el momento más crítico durante el tiempo que se circula por estas vías, no sólo porque dos de cada tres conductores desconocen que la prioridad en estas vías siempre la tiene el vehículo que antes se incorpora a ellas, sino porque durante esta maniobra (acceso a la rotonda) se han producido el 54% de los accidentes en 2015 y el 80% de las víctimas mortales en rotondas en los dos últimos años.”.

Repasando tan valorable estudio, destaquemos algunos datos –que hay que lamentar- sobre diferentes clases de accidentes…

“De los 11 fallecidos en rotondas durante 2014 y 2015, nueve perdieron la vida cuando se disponían a acceder a ellas.  Además, de ese 54% de accidentes, casi la mitad, el 24%, se produjo por una colisión trasera cuando el coche estaba parado esperando para acceder. Sólo el 24% de los accidentes se produjo mientras se circulaba por ellas y el 22% cuando se procedía a salir”.

Hay que decir que los datos del informe que se realizó oportunamente fueron obtenidos gracias a una encuesta online realizada por Antena 3 en la que han participado más de 25.000 personas y una muestra analizada de 40.000 siniestros de la aseguradora AXA -de los que 1.827 se ocasionaron, precisamente, en una glorieta-.

 “Uno de cada tres automovilistas no sabe que las rotondas únicamente se pueden abandonar por el carril exterior, y hasta dos de cada tres desconocen que la prioridad en estas vías siempre la tiene el vehículo que antes se incorpora a ellas.  El 93% de los siniestros están protagonizados por turismos.”

Sobre los ciclistas en estas circunstancias que nos ocupan, leemos que “el 40% de los conductores desconoce que un grupo de ciclistas se considera un solo vehículo y, por tanto, no se pueden separar en las rotondas, debiendo los conductores respetar su conexión sin interferir en esta.”

Josep Alfonso, director general del Centro de Estudios Ponle Freno-AXA, para subsanar lo explicado, hace referencia a los consejos que, en este sentido, nos brinda “Ponle Freno”, para saber cómo se debe circular por las rotondas:

¿Qué carril hay que escoger para entrar?

 Como norma general siempre se accede a la rotonda incorporándonos al carril derecho. Pero si accedemos a ella por una vía de dos carriles para el mismo sentido podemos incorporarnos al carril interior si vamos circulando por el izquierdo de esa vía, pasando al exterior con la debida antelación para salir de ella.

¿Y para salir?

Siempre hay que salir de una rotonda desde el carril exterior o derecho de la misma. Si la salida de la rotonda es hacia una vía de dos carriles para el mismo sentido, en vías interurbanas lo haremos siempre incorporándonos al de la derecha y si es una vía urbana lo podremos hacer por el que más convenga a nuestro destino, por ejemplo si a los pocos metros de salir vamos a efectuar un giro por una calle a la izquierda, saldremos desde el carril exterior de la rotonda pero por el carril izquierdo de la vía a la que accedemos y si vamos a continuar rectos, saldremos desde el carril exterior de la rotonda, pero en este caso nos incorporaremos al carril derecho de la vía a la que accedemos.

Algunos otros apuntes fundamentales a tener en cuenta, son:

Antes de abandonar la glorieta, hay que utilizar los intermitentes para señalizar la maniobra al resto de los conductores.

Si vamos a continuar recto (2ª salida), accederemos a la rotonda por el carril externo y nos mantendremos en él.  Señalizaremos que abandonamos la glorieta justo cuando hayamos pasado la salida anterior a la nuestra.

Si giráramos a la izquierda o cambiáramos de sentido (3ª o 4ª salida), podemos entrar e incorporarnos a un carril interior para facilitar el acceso a otros vehículos y nos podemos mantener en él hasta rebasar la salida anterior a la que vamos a tomar, pasando entonces al carril exterior para abandonar la rotonda desde él. Nunca se pondrá el intermitente de la izquierda para indicar que vamos a continuar por la rotonda, sólo para indicar el cambio a un carril interior y siempre se pondrá el intermitente de la derecha para indicar que vamos a abandonar la rotonda por la siguiente salida.

Desde ALGENTE  y gracias a una lectura pausada de algunas opiniones de profesionales, queremos también subrayar otro de los temas tan importantes en la materia que estamos analizando como son los pasos de cebra, cuya primordial premisa ha sido y es permitir una mayor seguridad para los peatones, que tienen la prioridad de paso en relación con los coches que circulen en ese momento por ellos.

Un tema que no todos los peatones entienden ya que no pocos se lanzan a los pasos de cebra sin el menor cuidado, a paso lento, e incluso cruzándolos de forma oblicua, sin que el pie inicial apoye sobre la calzada pintada, sino en ángulos externos al iniciar el cruce provocando una situación de desconcierto, algo que podemos apreciar a diario.

Lo primero que nos dicen es lo que determina la Ley de Tránsito en su artículo 167:

“Los vehículos deben detenerse y ceder el paso a los peatones” quienes una vez que hayan puesto un pie sobre él, los coches tienen que pararse y dejarlos pasar, siempre que lo puedan hacer con seguridad.

Los conductores deberán respetar su prioridad de paso.

Por el contrario el peatón tampoco puede irrumpir por dicho paso, cuando el conductor esté ya circulando por él.”

Y qué no decir de aquellos que virtualmente se lanzan hacia el paso de peatones cuando segundos antes estaban algo alejados del mismo, desconcertando a los conductores y provocando bruscos frenazos y riesgos de colisiones.

Uno de los inconvenientes más a la vista es el que tiene que ver respecto de la preferencia de paso, que en no pocas ocasiones es mal entendida por las dos partes.

Sobre lo que decimos y nos explican, los hay, quienes pasan con normalidad, otros a paso ligero y una gran mayoría, con una lentitud irritante, teléfono en mano y un etcétera completamente censurable ya que ese derecho vial lo mal interpretan no favoreciendo la circulación.

En este sentido los profesionales corroboran con un verbo más puntual lo que acabamos de decir:

“Hay quienes cruzan corriendo: a veces sin mirar, ocomo tratábamos de explicar-  fuera de la zona demarcada, sin tener en cuenta que para entrar seguros en la misma, deben de considerar la cercanía de los vehículos que se aproximan, para así poder hacerlo con seguridad.”

Sobre la conducta de los conductores, no cabe ninguna duda:

“Deben guardar los límites de velocidad establecidos, y estar muy atentos ante la entrada de los peatones en los pasos de cebra y, por supuesto, el mero hecho de observar a un peatón parado  le obliga a parar y cederle el paso”.

Deberíamos todos profundizar sobre la educación vial para evitar un elevado número de atropellos que en un 15 por ciento con víctimas mortales corresponden a los accidentes que se producen en tales circunstancias.

Más allá de potenciar desde temprana edad la concienciación generalizada en este sentido, debemos agradecer a quienes (como ha sido el caso de este reportaje) se preocupan por solucionar temas tan espinosos que forman parte de nuestra “día a día”.