Mascotas… ¡IRREEMPLAZABLES!

Cuando algo se estropea se cambia. Pero ellos no son algo, son mucho más. Podrá detener sus patas, pero la parálisis nunca congelará sus ganas de vivir, ni su alegría, ni su lealtad… ni nuestra gratitud. Cuando más nos necesitan, te contamos cómo puedes ayudarles, porque el suyo es un amor que no se sacrifica a la ligera.

Las mascotas ocupan un lugar especial en el corazón de quienes las hacen formar parte de sus vidas.

“Te regalan las ganas de vivir, te motivan el día a día, son parte de mí…” –nos dice Rosa Dioné que se muestra feliz con Candy y Pelusa, dos pastoras catalanas que son su felicidad.

En vacaciones y en estas fiestas de Navidad, Fin de Año y Reyes, quienes aman a su mascota comparten con ella esas reuniones familiares.

…Quienes lean estas líneas y tengan en casa un perro, un gato y otro tipo de mascotas por el estilo, seguramente que se sonreirán al rubricar lo que decimos.

…En cambio, quienes no comulgan con este tipo de cariño, sonreirán, sí, pero de otra forma, no dando crédito a lo que comentamos.

Y precisamente en vacaciones –como decíamos- o en este tipo de celebraciones, quienes no han llegado a entender esta relación especial que se vive con las mascotas, hace que aumenten, por ejemplo, cantidad de abandonos de perros.

Y qué no decir de quienes teniendo perros que hayan sufrido un accidente, una parálisis que les deje parcialmente inválidos, sólo ven como solución ser sacrificados.

Lógicamente que el animal no debe sufrir y esa circunstancia es respetada pero veamos lo que nos contó una lectora, Clota Gianini, acerca de lo que padeció con su mascota con la que hoy, sigue disfrutando de la vida:

“Mi adorado Jack  se quedó paralítico de las dos patas de atrás y lo he salvado gracias a un manitas llamado David que fabrica todo tipo de artilugios…¡¡Y aquí está Jack, vivito y coleando!!”.

También otra lectora, Natalia, nos contó su grata experiencia con su querido Duque con quien la vemos en una de las fotografías, disfrutando de un paseo gracias a la solución que encontró visitando a David.

Otras de las imágenes que ilustran este reportaje son un claro ejemplo de lo que decimos ya que (hilvanando caso con caso a partir de lo que nos comentaron), comprobamos que varias personas eran dueñas de perros y que habiendo sufrido dramas parecidos, encontraros diferentes soluciones gracias a este joven al que quisimos conocer.

Tras algunas indagaciones, por fin dimos con él, quien comenzó contándonos cómo y por qué se dedica a crear lo que ha devuelto la sonrisa a no pocas familias que tienen mascotas que han precisado su ayuda…

“Os cuento un poco mi historia –empezó diciéndonos-: en 2006, me encontré en la misma situación que a día de hoy tienen las personas que contactan conmigo… Mi perro, con un año de edad, sufrió la parálisis de sus patitas traseras y mi primera opción fue buscar por internet cómo poderle ayudar, y claro, todo lo que veía  no le venía bien a mi perrito.”

¿No era lo que necesitabas?

Todo era carísimo; ofrecían soluciones que imaginé muy molestas por lo aparatosas que eran y desde otros países; algo que no podía imaginar como una solución cómoda y funcional para lo que yo quería…

David nos cuenta que desde el primer momento puso en marcha su imaginación para tratar de “fabricar” “otro tipo de soluciones, más prácticas y que se vieran fáciles a la vista, en resultados y para el bolsillo. Mi perro, entonces  iba a rehabilitación y después de gastar mucho dinero y tiempo, no notaba ninguna mejoría ya que la lesión era grave. Fue a partir de entonces cuando me puse ¡¡manos a la obra!!

Pudimos ver, gracias a la amabilidad de David y a los agradecidos dueños, a diferentes perros con distintas soluciones que hemos descubierto y que, como comentábamos, han devuelto la felicidad a tantas familias amantes de esas mascotas que necesitan un S.O.S. urgente.

Los resultados son sorprendentes.

¿Te pusiste “manos a la obra” de qué manera…?

Con una fisio nos pusimos a ver qué diseño sería mas adecuado y así, poco a poco, fui  perfeccionado estas sillas que tanta ilusión nos aportan y tanto dinero nos han hecho ahorrar.

Nuestro entrevistado nos explica que “son sillas de acero inoxidable 304, hechas a medida; resistentes y regulables en alto y largo para que se adapten perfectamente al cuerpo del animal a lo largo de su vida. Y como veréis, debido al diseño que tienen, permiten la movilidad de las patas traseras si el perro todavía las conserva, y si ya no tienen movilidad, les da la posición natural que necesitan pero sin arrastrar sus patas.”

Orgulloso, agrega:

“El animal tiene una vida totalmente independiente con la silla que sirve para que el perro pueda salir a hacer sus necesidades ya que están diseñadas para eso: que puedan pasear sin arrastrar las patas, oler y hacer una vida como lo hacían antes de que quedara paralítico, pero también necesita su descanso, por eso, estando en casa no es conveniente que la tenga puesta siempre. Además, cuenta con el dueño que supervisa esos momentos en los que el perro está con la silla puesta.”

Antes de despedirnos y después de seleccionar diferentes momentos que hablan por sí mismos,  David, con razón, comentó que su “invento “no solo le da comodidad al perro, sino a sus dueños, ya que cargar con un perro de ciertas dimensiones y sobre todo en esas condiciones, suele provocar lesiones en nosotros”.

Nos enseña y comprobamos que los arneses de las sillas son desmontables para que se puedan lavar cómodamente en la lavadora ya que “están hechos a mano con tela adecuada que no causa rozaduras en la piel del animal. Además, incluyo ruedas de calidad, lo que les da una mayor vida útil.”

Hoy día, justamente porque lo que fabrica lo merece, nuestro protagonista, ofrece sus trabajos en varias clínicas.

Sin duda y merecidamente, la satisfacción de David es inmensa ya que, como nos dice:

¡¡Después de doce años, sigo ayudando a nuestros compañeros de vida!!

(Sillacan@gmail.com // 666 81 25 42)

 

 © Bayres/ALGENTE