LYDIA LOZANO: «A mi marido no le pondré los cuernos en la vida»

En esta nueva –pretérita- producción, podremos apreciar cómo pensaban, cómo piensan y cómo eran en las distancias cortas colaboradores de primera línea que hoy han superado cualquier predicción de popularidad ya que, como hemos dicho, son más protagonistas que muchos.

Los colaboradores de la televisión en general que se dedican al mundo del corazón, hoy día han llegado a ser igual o más populares que muchos famosos.

A la vista de todos está -y generalmente los colaboradores de “Sálvame”-, pululan una semana sí y otra también por las páginas de las revistas del género rosa en las que, curiosamente, años atrás, ellos –hoy protagonistas de portadas mediáticas- firmaban sus reportajes entrevistando a otros.

En ALGENTE, gracias a nuestro tan leído “Túnel del tiempo” rescatamos a partir de hoy, una serie que los responsables de “Tu Revista” publicaron hace un tiempo en la Revista “Sorpresa” y que, por razones obvias, titulamos “Del otro lado del Corazón…”.

En esta nueva -pretérita- producción, podremos apreciar cómo pensaban, cómo piensan y cómo eran en las distancias cortas colaboradores de primera línea que hoy han superado cualquier predicción de popularidad ya que, como hemos dicho, son más protagonistas que muchos.

Empezamos con una pletórica Lydia Lozano quien nos recibía en la intimidad de su bonita casa recordándonos cómo empezó en el mundo del periodismo del colorín…

Estaba yo cubriendo la enfermedad de Don Tierno Galván y en una de las guardias del Hospital donde estaba ingresado, conocí a Juan Carlos Pérez quien, después, iba a ofrecerme trabajar como redactora de prensa del corazón en Marbella. Me enamoré de él, fuimos novios, o sea que empecé a trabajar en el mundo del corazón ¡por amor!

¿Y cómo fue esa relación?

Muy bien hasta que un día sufrimos un trágico accidente de tráfico en el que él falleció. Yo estuve nueve meses con gran parte del cuerpo escayolado. Mi espalda se quedó bastante resentida y por eso siempre utilizo chal pues me protege del frío.

Después de realizar algunas fotografías a Lydia quien es dueña, a partir de aquel comienzo, de una trayectoria kilométrica que supera la de cualquiera de sus compañeros a pesar de que muchas veces -ante ciertas ironías- ella se muestra humilde, recordó en voz alta, algunas pinceladas “de aquellos años en los que todavía no habían llegado los paparazzis al sur. Yo iba de fiesta en fiesta, organizadas por gente muchas veces inabordable; a las fiestas de Kassoggi, accediendo a personalidades muy importantes. Recuerdo la gran entrevista que le hice, por ejemplo, a Cristina Onassis que no se prestaba a ello y un gran etcétera.

Grandes comidas, cenas, cócteles ¿Haces dieta?

Ninguna, pero me gusta cuidarme…

¿Y qué parte de tu cuerpo te gusta más?

Mis ojos, porque no tienen un color definido. Cambia con mi estado de ánimo y mi pelo, que además lo llevo siempre arreglado. La verdad, soy muy maniática con mi cabello.

¿Y lo que menos te gusta de ti?

Los pies, los tengo horrorosos porque hice ballet muchos años y por eso tengo los dedos para adentro. Tampoco me gustan mis brazos y mi espalda.

¿Defectillos personales? 

Soy súper desordenada y muy despistada.

¿Aficiones?

Cine y lectura; me apasionan los coches y sobre todo lo que más me gusta hacer en mis ratos libres es tomar el sol en la playa.

¿Sabes separar tu vida personal de la profesional?

Con mi marido no hablo de los corazones, sino de nosotros, de nuestros corazones.

¿Cuál es tu secreto para que el matrimonio funcione?

Lo primero que tu marido sea tu mejor amigo, en segundo lugar debe ser tu amante y en tercer lugar debe ser tu marido. Ya se puede poner Brad Pitt delante que no le pondré los cuernos a mi marido en la vida…

¿Lo más inolvidable que hayas vivido con él?

El mejor día de mi vida fue a los seis meses de conocer a Charly, cuando estando en un hotel en las Navidades del 87, me escribió en un posa vasos que se quería casar conmigo.

Lydia Lozano, toda una vida de éxitos profesionales, nos permitió conocer algunos detalles de su otra vida, al otro lado del corazón.

 

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