LAS EMOTIVAS DECLARACIONES DEL PADRE DE PAQUIRRI SOBRE SU MAYOR DESEO: VER A SU NIETO
Lamentablemente, el abuelo, murió con esa pena.
Hoy, gracias al inequívoco “Túnel del tiempo” que nos permite recordar lo que exactamente se dijo y se publicó en el pasado, podemos recoger algunas de las declaraciones del abuelo de Kiko que vienen a demostrar que, a pesar de lo que ha dejado caer su nieto en las citadas Memorias respecto de que su abuelo no hizo por verle, ocurrió todo lo contrario…
Si bien ya hubo algunas declaraciones de otros familiares que contradicen esa aseveración, el “Túnel” se convierte en una especie de irrebatible “notario” periodístico al permitirnos reflotar, como decíamos, muchos de los “intentos” frustrados de ese abuelo que no pudo disfrutar del benjamín de sus nietos, convertido hoy en todo un hombre.
…Y comenzamos con una portada, curiosamente de la propia revista que publica sus Memorias …
Así fue que, por citar uno de los tantos ejemplos gráficos al respecto: en el número 2655 de enero de 1991 la revista “Semana” arrasaba en ventas al publicar en primera página junto a una foto del abuelo sosteniendo un osito de Peluche, lo siguiente:
“El chiquitito tiene que saber que su abuelo existe y que lo sigue queriendo”.
Y agregaba:
“El padre de Paquirri envió por correo un bonito regalo a su nieto”.
Concluyendo con un…
“Te mando un beso para estas fiestas (estábamos en Reyes) en las que tampoco volveré a verte”.
En varias páginas de esa publicación estupendamente dirigida entonces por Julián Navarro, ilustradas con varias fotografías donde se veía al abuelo enviando el peluche acompañado por su hija Teresa, se incluía el contenido de un sentido telegrama y un chrisma en el cual, firmado por el preocupado abuelo, se leía:
“Francisco, te escribo con la emoción de verte muy pronto y para decirte que los Reyes magos de la familia de tu padre, me han traído este osito para ti. Tu abuelo que mucho te quiere”.
Después de este primer ejemplo que forma parte –según la hemeroteca- de infinidad de ejemplos por los cuales se puede concluir que el abuelo de Kiko sí que hizo –y mucho- por verle, habría que preguntarle si en sus Memorias en las que incluye auténticas verdades escritas desde el corazón, no incluye las intenciones de su abuelo porque las desconoce o por alguna otra razón…
Pero vayamos –sin tener la intención de aburrir al lector sino de argumentar lo que este hombre sentía respecto de su nieto recordando otros “intentos” por verle- con algún otro ejemplo:
Revista “Lecturas” Nro. 1883…
“Quiero ver a Paquirrín…”
“Llamada angustiosa del padre de Paquirri a Isabel”.
Y en su interior expresaba un deseo:
“Yo sigo esperando que la que estuvo casada con mi hijo Paquirri, me mande a Paquirrín”
“¿Sabe si su nieto le quiere?” –le preguntábamos-.
“¡Mi nieto sólo podrá opinar -contestó con una mezcla de emoción y tristeza- cuando me conozca. Fran y Cayetano saben muy bien qué clase de abuelo soy: un hombre que no puede ser feliz del todo y que vive pensando en sus nietos”.
Otro ejemplo de lo que nos ocupa, nos lleva hasta la misma publicación en su edición número 1900 donde, en portada, se aseguraba:
“Si nos trae al niño olvidaremos todo…”
…Pero eso no ocurrió a pesar de que Antonio Rivera nos repetía una y otra vez:
“Vivo pensando en el día en que los dos podamos conversar y abrazarnos. No pierdo esa ilusión. Si ella nos enviase al pequeño, sería suficiente. Olvidaríamos los enfrentamientos porque las personas que llevan el mismo apellido ¡y la misma sangre! No deben estar alejadas. Si un día el niño pasara cerca de mí , sé que le gritaría: ¡Paquirrín, aquí está tu abuelo!”
También la hermana de Paquirri, Teresa, lanzó su artillería durante varias semanas en aquellas Memorias por estar dolida con Isabel.
Entre muchas de sus declaraciones, insistió sobre el abatimiento de los Rivera por no poder disfrutar de quien hoy, ya adulto, tal vez no conoce al detalle muchos por qué de aquellos años de duros enfrentamientos:
“Ver al niño es lo único que cuenta. Por eso repito que ella, lo que tiene que hacer, es traer a Barbate al pequeño y dejarlo, sino un día, unas cuantas horas y ya está, otra vez todos felices.”
“¿Volverías a relacionarte afectuosamente con tu ex cuñada”? –preguntamos-
“Si hay que olvidar el pasado por la felicidad de Paquirrín, pasaríamos por ese olvido. Su felicidad es lo que más nos importa en este mundo”.
No fue así…Lamentablemente, ni vieron al hijo de Isabel, ni volvieron a relacionarse.
©JB/LC/Bayres/ALGENTE