LAS “COSAS” DE PIPI
La pandemia ha transformado el mundo del fútbol por completo…
Y esa transformación existe, ya no sólo en términos económicos con las grandes potencias europeas, teniendo que recurrir, meses atrás, a ertes o reducciones salariales insospechadas.
Los clubes modestos, mientras tanto, luchan cada día por sobrevivir ante la falta de ingresos por taquilla, la ausencia de su publicidad tradicional, el excesivo gasto que implica tener que adecuar las instalaciones a las circunstancias y el hecho de tener que realizar pruebas de coronavirus a los miembros de la entidad de forma periódica.
Lo más importante, a nivel entorno emocional, es la ausencia de público…
Quizás –a la vista está en esas gradas vacías-, lo más impactante para aquellos ciudadanos de a pie, expectantes ante la llegada del fin de semana para enfundarse la bufanda y sentarse en su butaca es, como digo: la ausencia de público por lo mucho que significa ‘el número 12’… En la moral, en el entusiasmo, en la directa influencia que, sus cánticos y con su sola presencia, ejercen en cualquier equipo.
Nadie imaginaba al comenzar el año que nos dejó, que esto podría ocurrir…
Cuando las campanadas dieron la bienvenida al 2020, nadie, por más imaginación que tuviera, habría pensado que el fútbol, con su inherente belleza social, prescindiría de su gente, del aficionado, del ‘run run’ en las gradas con las polémicas, del grito del gol y un sinfín de anécdotas que siempre caza la cámara el día después. Los partidos de fútbol -en ocasiones- se han convertido en un gélido cruce entre 22 protagonistas. En ellos ha imperado el silencio, han bajado las revoluciones.
En algunos países o categorías, sí se ha permitido que los aficionados entren a los estadios, aunque con distancia de seguridad y bajos porcentajes de afluencia. Aún así, son minoría; es más, a excepción de la Champions y la Europa League, las grandes ligas europeas no se han atrevido a dar el paso todavía. Ahora, en el viejo continente con una nueva ola del virus, ni siquiera se plantea…
Y esto es lo que está a la orden del día, salvo milagros de última hora. Es algo que no ocurrirá o, al menos, en grandes proporciones, Esto, por supuesto -más allá de la cara popular del deporte rey-, ha tenido un considerable impacto sobre el césped…El ¿por qué? tiene fácil respuesta al ver cada nuevo partido, es decir: sin una afición alentando, el factor campo ya no es lo que era. Por lo tanto, es un secreto a voces, que la ausencia de aficionados locales en los estadios beneficia a los visitantes, o dicho de otra forma: que las fuerzas se han igualado sobre el rectángulo de juego. Y esa es la sensación que nos da viendo los partidos porque, en cualquier momento… ¡El encuentro se puede resolver para cualquiera de los dos rivales!
¡¡Que viva el fútbol como siempre lo hemos concebido! Es mi mayor deseo para este año y que corra el balón con todo mi optimismo…