‘La tanda más larga de la historia de los penaltis’

Últimamente, a los partidos de fútbol y, sobre todo en las finalísimas donde están en juego el prestigio de quienes se enfrentan y una copa llena de historia, no le han bastado los 90 minutos oficiales de juego, teniendo que ir, primero a la prórroga y, como la suerte haya seguido esquiva para los dos contrincantes, recurrir a la poco deseada y estresante tanda de penaltis, momento en el que  -cómo negarlo- los nervios están “a flor de piel”, motivo por el que, en esos interminables minutos, hasta el más experimentado y  popular de los mediáticos, igual puede ser el héroe o, por el contrario, convertirse en el centro de todas las miradas por haber chutado el balón a las nubes o, simplemente, porque su estilo, en esa ocasión, fue frustrado por la capacidad (o la casualidad, no nos engañemos) de un portero que ese día ‘se dio la mano’ con la buena suerte.

Recordemos lo que pasó, tras veintiún intentos, en la final que disputaron el Villareal y el Manchester United… Los dos porteros se convirtieron en protagonistas y seguramente De Gea, tras el paso de los días ya que hay instantes que dejan huella, aún estará digiriendo lo que le tocó vivir y hoy firmaría, por ejemplo, haber sido protagonista de otro momento como el que vivieron quienes fueron parte de la denominada  ‘tanda más larga de la historia de los penaltis’ y que hoy, gracias a quienes saben mucho del deporte rey y, cómo no, valiéndonos de nuestro imparable Caleidoscopio, vamos a recordar para nuestros futboleros lectores.

Se trata de la historia surrealista de un récord que ocurrió en los minutos más emocionantes de la Copa en Namibia, en África, tras 120 minutos de juego en los que llegaron a lanzarse 48 penaltis para decidir el ganador.

“Fueron 48 disparos para que el KK Palace se llevara el triunfo por 17-16 y pasara a la historia como protagonista de semejante y agónica tanda de penaltis…”

Algo parecido con la final que vivieron en Buenos Aires Argentinos Júniors y Rácing de Avellaneda.

O los 42 lanzamientos (muy cercanos al récord que apuntábamos) “protagonizados en 2009 por Juventud Alianza y General Paz Juniors o los 40 penaltis que fueron necesarios para elegir un ganador en el año 1996 en la final vivida entre el Obernai  y Asca Wittlesheim. Sin olvidarnos de otros 40 lanzamientos: entre el Sundsøre IF-Nykøbing Mors en 2015 al igual que otros 40 penaltis entre el Tunbridge Wells y Littlehampton Town en 2005.”

Dentro de esta tanda de récord debemos mencionar también, aunque bajando de los 40 “al AEK versus el Olympiacos en 2009 con 34 lanzamientos; al Galatasaray contra el Gençlerbirliği, en 1996, también con 34 penaltis  y al Maccabi Herzliya-Maccabi Petah en 2006 también con similar cantidad de penaltis… Con dos menos a: Holanda-Inglaterra en el sub 21 de 2007”.

Nervios, emoción, miradas que apuntan a los héroes circunstanciales y a los ‘culpables’ ocasionales tal como nos recuerda la historia escrita desde el fatídico punto de los penaltis que, sea como fuere: siguen siendo decisivos en muchas de las finalísimas que no se olvidan…