¡LA CALLE MATA! Sinhogarismo en el mundo
Ya no se trata de tener “más” o tener “menos” sino de, ni tan siquiera, poder disfrutar de ver “la calle” no desde la calle misma, sino desde un techo donde poder vivir.
La genética, en años prehistóricos, combinada con el estudio de objetos junto a los que se enterraba a las personas, ha servido para identificar diferentes clases sociales que convivieron en Alemania, por ejemplo, en la Edad de Bronce; pero hoy día, no nos vamos a referir a las diferencias de clases sociales, sino a una situación alarmante como iremos apreciando en esta entrevista que nace en la redacción de ALGENTE, precisamente, al detenernos en el “Día Mundial del sinhogarismo” que se cumplió el pasado 10 de octubre, subrayando algo que nos interesa mucho a todos, como es el movimiento mundial ‘The World’s Big Sleep Out’ que “aterriza” en Madrid, para visibilizar el problema de quienes no pueden disfrutar de un hogar.
Conversamos con Gema Castilla Gómez, responsable de comunicación de HOGAR SÍ, que tanto tiene que ver con esta causa solidaria en la que la periodista Helena Resano ejercerá de maestra de ceremonias del acontecimiento en Madrid bajo el nombre de ‘La noche sin hogar’ que se celebrará el 7 de diciembre de la mano, precisamente de HOGAR SÍ.
‘The World’s Big Sleep Out’ –nos comenta Gema- llegará a Madrid con la organización de ‘La noche sin hogar’, el mayor movimiento en apoyo y solidaridad por las personas en situación de sinhogarismo, que se celebrará de manera simultánea en más de 50 ciudades de todo el mundo, entre ellas Nueva York, Chicago, Londres, Edimburgo, Nueva Delhi, Brisbane, Dublín, Bruselas, Oslo, Santiago de Chile y Madrid.
Esta convocatoria ha “pegado fuerte” en miles de españoles que ya piensan en “poner el hombro” a la iniciativa de HOGAR SÍ que, como nos recuerda Gema Castilla es la “entidad de referencia que trabaja para que ninguna persona viva en la calle e impulsora del evento en nuestro país (…) El 7 de diciembre se marca en el calendario un acontecimiento de carácter especial que llamará a la reflexión sobre sinhogarismo desde una experiencia inédita en nuestro país: la participación de personas durmiendo a la intemperie en una noche que estará acompañada por otros componentes sociales y culturales, como actuaciones musicales, performances o intervenciones con mensajes hacia la causa. (…) Por eso, invitamos a participar en lanochesinhogar.org creando una campaña de recaudación de fondos para la lucha contra el sinhogarismo. El 100% de lo recaudado se destinará a la causa.”
‘The World’s Big Sleep Out’ está avalado internacionalmente por Unicef, Fundación Malala o el Institute of Global Homelessness (IGH), entre otras entidades, y tiene previsto congregar a 50.000 personas y recaudar 50.000.000 de dólares para la causa en la que miles de personas arroparán este evento en más de 50 ciudades del mundo, contando con grandes embajadores conocidos internacionalmente.
Quienes organizan esta cita que sin duda será grandiosa, nos comentan que “el desafío de este movimiento internacional, que llega por primera vez a España, es construir una palanca de cambio que vaya más allá del 7 de diciembre y que sitúe al fenómeno del sinhogarismo en el foco de atención.”
¿Cuál es el reto primordial además de lo que es obvio?
El reto es trasladar esta problemática a todas las esferas sociales, empresariales y políticas. Porque la erradicación de este fenómeno en nuestro país, lejos de ser un objetivo utópico, es un fenómeno con el que se puede acabar desde una respuesta integral y colectiva.
Sin ir más lejos nos recuerdan unos datos, sin duda, escalofriantes:
Según las estimaciones de la ONU, en torno a 1.100 millones de personas viven en situación de exclusión residencial y más de 100 millones de personas en el mundo no tienen acceso a ningún tipo de vivienda.
En ese sentido existen varias metas, una de ellas –prioritariamente- es…
Asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles para el año 2030.
¿Cuál es la situación actual en España?
…Se calcula que hay al menos 31.000 personas en situación de sinhogarismo, 23.000 que acuden a centros de atención y albergues y 8.000 que viven en la calle sin acceder a recursos.
Gema Castilla a quien acompañamos durante una de sus visitas a personas a las que la organización les ha procurado una vida digna, nos recuerda que “HOGAR SÍ, antes conocida como Fundación RAIS, es una entidad de iniciativa social, no lucrativa, independiente y plural, de ámbito estatal creada en 1998 y que existe con la finalidad de conseguir que ninguna persona viva en la calle”.
¿Qué sentís cuando podéis facilitar el acceso a una vivienda a la cantidad de personas que ayudáis?
Es una gran satisfacción saber que hemos conseguido cambiar la vida de personas porque tener un hogar es algo muy básico. Las personas que viven en la calle sufren agresiones, insultos y discriminación y, en los casos más terribles, violencia sexual, física y asesinatos. Dormir y vivir en la calle tiene un componente de violencia estructural, que además se ve agravado por la violencia directa de la que son objeto”.
¿Es evidente que hablamos de personas especialmente vulnerables?
Muy vulnerables a este tipo de delitos, ya que se encuentran desprotegidas. En la mayor parte de casos, después de la agresión tienen que permanecer en el lugar del delito, es decir, la calle. Esto conlleva importantes riesgos de revictimización”.
Estudios realizados arrojan datos que hablan por sí mismos, por ejemplo:
“-El 47% de las personas sin hogar ha sufrido un delito de odio.
“-El 87% de estas agresiones no son denunciadas.
“-1 de cada 3 ha sido insultada o ha recibido trato vejatorio.
“-1 de cada 5 ha sido agredida físicamente.
“-Un 81,3% de las personas sin hogar habría pasado por este tipo de experiencias en más de una ocasión.”
Antes de despedirnos, nuestra amable entrevistada que, en esta ocasión, ha sido “la voz” de un enorme equipo que da todo de sí para que sus ideales y anhelos se vayan cumpliendo, quiso –con lógico orgullo- recordarnos algunos de los miles de casos que han logrado hacer realidad.
“Macarena vive en Córdoba y tiene 52 años. Desde 2016 está en una de nuestras viviendas. Le encanta cuidar a sus perros, ir al mercado y charlar con sus vecinos. Después de vivir 20 años en la calle, su casa es su hogar y en él está rehaciendo su vida.”
Otro caso:
“Antonio tiene 63 años y vive con cuatro personas más en un piso de Madrid.
Tras 15 años (sobre) viviendo en la calle y pasando por distintos recursos de atención a personas sin hogar, ahora ha tenido la tranquilidad de poder dar los últimos pasos para dejar atrás su situación de sinhogarismo.
Actualmente está buscando una casa tranquila a las afueras del bullicio de la ciudad para cuando termine su etapa en la vivienda”.
Y el de María José “que vivía en su coche. 5 largos años (sobre) viviendo en la calle y enfrentándose a multitud de barreras en la búsqueda de empleo que eran problemas añadidos a su situación desinhogarismo. Trabajamos para que las personas puedan encontrar una oportunidad laboral que les ayude a recuperar sus vidas.
Creemos en el empleo como motor de cambio para la justicia social”.
Las personas sin hogar tienen 30 años menos de esperanza de vida…
¡La calle mata!
Desde ALGENTE, vaya nuestro mayor apoyo a quienes tanto hacen para conseguir unas metas tan necesarias porque:
¿Cómo es posible que en el siglo XXI existan tantas personas sobreviviendo en las calles de medio mundo?
Esta misma pregunta se la hemos trasladado a varios de nuestros famosos y populares, asiduos lectores de “Tú Revista”…
…Como verán, las respuestas que nos han dado, son harto elocuentes…
www.hogarsi.org //lanochesinhogar@hogarsi.org

Bayres/ALGENTE
Fotos © hogarsi.org
A ELLAS Y A ELLOS TAMBIÉN LES PREOCUPA
Santiago Segura: El ser humano a veces no es demasiado “humano”, somos bastante egoístas (me incluyo) luchamos por nuestro bienestar ignorando el de los demás. Sabiendo como sabemos, además, que un reparto equitativo de los bienes del planeta daría para que todos viviésemos más que dignamente. ¿Es misión de los gobiernos? ¿Deberíamos individualmente esforzarnos cada uno en ser más desprendidos y generosos? La unión de las festividades, tan proclives al derroche y consumo, con la visión de las personas desfavorecidas viviendo penosamente, desde luego, invitan a la reflexión.
Lucía Hoyos: Lamentablemente el dinero público no se ha invertido donde realmente hace falta y las desigualdades son cada día más evidentes, una pena que se hayan rescatado bancos y no personas.
Alfredo Cernuda: Cualquier persona debería sentir vergüenza de que exista pobreza del tipo que sea en el siglo XXI. Todos somos responsables de esta injusticia.
Emma Ozores: No sabía que tanta gente vivía en la calle. Espero que se esté valorando y ayudando a cada caso a salir adelante. Dar visibilidad a algo tan importante y ayuda a esa gente.
Beatriz Rico: Es algo tan triste y esperpéntico que sólo me queda decir que los políticos deberían vivir como la gente de a pie: sueldos normalitos, pensiones bajas, utilizar transporte y sanidad públicas, etc… Sería el único modo de que empatizaran e hicieran algo por cambiar el sistema. Es paradójico que en tecnología y viajes al espacio hayamos avanzado tanto y en lo fundamental, derechos humanos, sigamos estancados.
Carmen Flores: Yo opino que no tendría que ser. Todo el mundo tiene derecho a tener un techo y un plato de comida.
Cristina Higueras: Lo más inquietante es que muchas de esas personas tenían una vida previa estructurada socialmente (trabajo, familia, etc.) pero debido a la gran crisis que hemos sufrido, las circunstancias les fueron adversas, perdieron todo y terminaron viviendo en la calle. Muy preocupante también la situación de los llamados “trabajadores pobres” que, aun teniendo trabajo no pueden costear los gastos necesarios para vivir dignamente.
Susanna Griso: “Con voluntad política, podríamos terminar con el sinhogarismo en dos décadas. En Finlandia lo están consiguiendo. ¡Sigamos su ejemplo!
Roberto Brasero: No podemos considerarnos un país del primer mundo si hay 30.000 personas malviviendo en nuestras calles. Porque el sistema social de un país desarrollado no puede dejar tiradas a tantas personas. El primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, esa hoja de ruta para lograr un mundo más justo y equilibrado, es el fin de la pobreza. El segundo, es el hambre cero. Hay motivos de sobra para apoyar esos objetivos y mucho de esos motivos nos pillan aquí al lado, en nuestra misma calle, y son esas personas que deberían tener un techo donde cobijarse y no pasar hambre
Helena Resano Lizaldre: Un síntoma más de que la política con mayúsculas, la que sirve para mejorar la vida de las personas, ha fracasado. Que en un país, da igual que sea a las puertas de la Navidad o del verano, haya 30 mil personas que no tengan un hogar en el que rehacer su vida es dramático. Y lo peor es que se han convertido en invisibles, para las instituciones y para nosotros. Hemos normalizado situaciones que no deberían de permitirse, como ver a una familia durmiendo en un coche porque no tienen para pagarse un alquiler, a pesar de tener un trabajo. La crisis ha agudizado este problema para el que hay solución, el ejemplo de Finlandia lo demuestra. Sólo hace falta voluntad para empezar a poner soluciones.
Andrea Ropero: Es una situación muy triste, y un fracaso de las instituciones que en muchos casos son incapaces de dar respuesta a un problema tan grave. Estos días he tenido la oportunidad de entrevistar a una chica de 28 años que ha vivido durante 3 en la calle. Perdió su trabajo en plena crisis, su casa…y en muy poco tiempo acabó durmiendo en un soportal. Ella me explicaba que los albergues no son la solución. Su salvación ha sido el ‘housing first’, un programa que le ha facilitado un piso donde empezar a reconstruir su vida. Esa chica ha encontrado trabajo, paga su alquiler, su comida y ha retomado el contacto con la familia. Quizá habría que potenciar este tipo de programas para disminuir esa cifra vergonzosa de 30.000 personas sin hogar.
Jaime Cantizano: Más de 30.000 personas viven “sin un techo” en un país en el que el parque de viviendas disponibles supera al de nuestros vecinos. Al mismo tiempo es uno de los estados que menos pisos de carácter público y social posee en toda Europa. La solución no es tan compleja y es urgente. Una de las soluciones sería crear una tipología de vivienda social específica para estas personas y ampliar el parque de viviendas públicas.
Anthony Blake:
Quizás es un poco controvertido mi punto de vista. Pero yo que acabo de volver de una gira por Argentina, Chile y Uruguay he visto homeless en los 3 países, es un mal mundial. Yo los divido en 4 tipos diferentes: los que tenían una vida plena y por diferentes circunstancias lo han perdido absolutamente todo. Me parece terrible. Por otro lado están los que han tenido problemas con determinadas sustancias, lo que les ha llevado a un estado de degradación personal que lo único que buscan es saciar su necesidad y echarse a dormir en cualquier sitio. Hay un tercer caso de personas llegadas de otros países que han venido pensando que aquí iban a encontrar un milagro pero la realidad les ha dejado literalmente en la calle. Y la cuarta, es un sector de personas cuyas circunstancias les han llevado a una situación complicada. Hay que tratar de ayudar y apoyar a todos aunque algunos son más fáciles de ayudar que otros porque algunos no quieren ser ayudados.
Texto y fotos © Bayres/ALGENTE