La bendita vuelta de Cazorla

La gran noticia que nos ha dejado el arranque de la temporada ha sido la vuelta de Santi Cazorla a un campo de fútbol, casi 2 años después de vivir un calvario en silencio con varias operaciones en su Talón de Aquiles. Santi volvió a sentir en la primera jornada con el Villarreal la adrenalina de su gran pasión que es el fútbol.

Algo que vivió como protagonista en la hierba del estadio de la cerámica. Aunque el submarino amarillo perdió ante la Real Sociedad, dejando un pelín de amargura en el estreno, mi querido amigo y paisano, volvió a vibrar con un balón en los pies, demostrando una vez más, la calidad que siempre ha tenido y que nunca va a perder, porque Santi nació con magia para este deporte.

En Villarreal debutó con 18 años y ahora el Club de Fernando Roig le ha vuelto a abrir las puertas para que siga siendo feliz con el balón cosido a sus botas.

Verle otra vez vestido de corto con la ilusión de un juvenil y con las pilas cargadas, es un ejemplo de superación para muchos jóvenes y un espejo donde mirarse.

Mi paisano no jugaba un partido oficial desde el 19 de octubre de 2016 y el último que disputó en la Liga Española fue el 13 de mayo de 2012, un Málaga – Sporting con los andaluces…Y desde entonces: Ya ha llovido…

 Ahora, a sus 33 años y tras 21 meses de inactividad, vuelve a estar junto a su inseparable balón.

Personalmente –y al igual que yo, creo que es lo que anhelan  todos los aficionados de España- le deseo mucha felicidad personal y éxitos deportivos en su nueva etapa, pero sobre todo, que haya superado para siempre ese calvario que parecía interminable y que nos lo quitó también de la Selección española, porque si algún futbolista cae bien a todas las aficiones del fútbol en general, ese es mi paisanín, Cazorla, por su calidad humana y por su fútbol de alta escuela del que todos volvemos a disfrutar en esta recién iniciada temporada 2018-2019.

Disfrutemos todos de… ¡la bendita vuelta de Cazorla!