JORGE D’ALESSANDRO

EL FÚTBOL ESPAÑOL…

DE REBAJAS Y SALDOS

La pandemia no ha hecho más que empobrecer el nivel de juego.

Como hemos podido ver, el reciente clásico Barcelona-Real Madrid, no ha servido más que para descubrir todos nuestros defectos en la más amplia versión futbolística.

El ganador –a la vista estuvo-: sin ningún prestigio ante su peor versión y, en todo el equipo, sólo un jugador destacado que se ha calificado con más de 6 puntos.

¿El perdedor? ¿Qué os puedo decir a quienes esperan mi opinión y me siguen hace ya tiempo en esta columna?

Muy fácil y lastimoso al mismo tiempo: Se trata de un conjunto sin rumbo, sin norte ¡con Messi! y ya sin Bartomeu, cuya noticia de su dimisión, coincide con el instante en el que escribo estas líneas… Un ex-presidente culé al que, oportunamente, habrá que dedicarle alguna que otra parrafada.

Volviendo al clásico, deciros además que, para colmo, el VAR, se encarga de ser protagonista cuando, con la mayor de mi sinceridad, sólo  debería ser una ayuda.

En pocas palabras y enfatizando lo que escribo ya que es la más valedera percepción desde una total objetividad: En el clásico no debió ganar nadie… ¿Por qué? Simplemente porque fue un desastre.

Tras lo sucedido, nos pasamos varios días hablando del árbitro y, por momentos, estamos más pendientes de buscar tonterías que ‘descubrir’ lo que realmente pasó, de lo que está pasando en la cruda realidad de nuestro fútbol, dejando de lado ciertos cotilleos, frivolidades, ‘datos científicos’ como asegurar –y es algo que digo, irónicamente, como referencia de lo intrascendente- que el árbitro (por ejemplo) tiene un familiar en Benidorm…A lo que socarronamente habría que decir ya que eso, de ser así, no aporta nada: “¡Yo he veraneado en Benidorm y no conozco a ningún familiar del árbitro!” Trivialidades huecas que nada tienen que ver con la sobriedad que deberían tener todos los comentarios, dentro de nuestro amado deporte rey, tengan el destino que tengan.

El fútbol es algo más serio que ver solamente cómo rueda el balón.

Pues bien, con todos estos ingredientes: la Real Sociedad, justo líder por ser un equipo basado en el trabajo diario, en la organización de juego y, por qué no, con muchísimo entusiasmo. Un calificativo más propio del fútbol de barrio que del fútbol profesional, pero así está nuestra liga.

Para expresarlo con la mayor sencillez posible: El tener ganas y el ser un grupo de amigos comprometidos, es suficiente para estar arriba, liderados por un Silva que está de retorno, un jugador con ‘criterio cuidado’.

Veo esta liga como la liga del disparate. La liga de la vulgaridad y lo que digo es muy fácil denunciarlo, pero ¿qué opciones da? Una muy clara: exigir. Hacer análisis con máximo rigor, buscar la profesionalidad y la excelencia…Si todo eso no es una mínima pauta para que esto mejore, evidentemente, hay que bajar los salarios multimillonarios en el fútbol español de hoy día inundado –entre otras cosas- de rebajas y saldos… 

Ah!..Y no me guardo, con la misma objetividad, la siguiente convicción:

Los equipos más currantes: ¡el Granada y el Getafe!