¡Irrepetibles hermanos Marx!:Hermanos por excelencia
Los cinco hermanos eran hijos de Samuel y Minnie Marx, quienes habían tenido en 1886 a su primer hijo, Manfred, que murió siete meses después y, con el tiempo, fueron los tres mayores: Chico, Harpo y Groucho, quienes destacaron con sus respectivos personajes mientras que Gummo y Zeppo, después de algunos intentos, abandonaron los escenarios.
El éxito les llegó gracias a las obras de Broadway “I’ll Say She Is”, “Los cuatro cocos” (el primer título que la Paramount llevó al celuloide en 1929) y “El conflicto de los Marx”, como antesala de catorce títulos.
El talento musical de los hermanos se basaba en que pertenecían a una familia de tradición artística. Harpo interpretaba cualquier instrumento, aunque su especialidad era el arpa (de ahí el nombre por el que se le conocía). Chico fue pianista y Groucho tocaba la guitarra.
Si bien los inicios hay que centrarlos en el vodevil, cantando e incluso convirtiéndose en “Las seis mascotas” con la incorporación de la madre y la tía Hannah, fue a partir de una actuación en la ‘Ópera House” de Nacogdoches, en Texas, cuando empezaron a plantearse explotar la vena cómica sobre todo de Groucho, que arrancó las carcajadas del público cuando -tal como nos cuentan quienes ‘bucearon’ en los comienzos de estos fenómenos- :“se produjo una interrupción a causa del sonido de fuertes golpes producidos en el exterior por una mula desbocada lo que motivó que el público saliera a la calle, para ver qué ocurría y, cuando regresó, Groucho comenzó a hacer comentarios sarcásticos al público, diciendo: ‘Nacogdoches está lleno de cucarachas’ y demás ocurrencias en contra de esa población que, lejos de ofender al respetable hizo que todos no parasen de reír y aplaudir las irónicas ocurrencias de Groucho”.
A partir de entonces fueron creciendo en los escenarios mezclando temas musicales con nuevas ocurrencias humorísticas, tras lo cual llegó el momento en el que Gummo se vio obligado a dejar el grupo para luchar en la Primera Guerra Mundial. Zeppo lo reemplazó en los últimos años de espectáculos de vodevil, y se incorporó a la nueva etapa en Broadway, y a las películas que vinieron a continuación.
Durante la Primera Guerra Mundial el sentimiento antigermánico creció en EE. UU., por lo que la familia intentó ocultar su origen alemán.
En esos años, los Cuatro Hermanos Marx empezaron a desarrollar su estilo único de comedia, y a interpretar, cada uno, un personaje característico. “Tanto Groucho como Harpo reconocen en sus memorias que los ahora famosísimos personajes que encarnaban fueron creados por Al Shean. Groucho se empezó a pintar un grueso bigote con betún, y adoptó un extravagante andar a zancadas, Harpo se puso una peluca roja, tocaba un claxon y simuló ser mudo, Chico empezó a hablar con un falso acento italiano (que copiaba de unos vecinos), y Zeppo adoptó los ademanes juveniles de un gentil galán.”
En la década de 1920 se convirtieron en el grupo favorito del teatro norteamericano por encarnar un duro y singular sentido del humor, satirizando a la alta sociedad y subrayando lo que con sus presentaciones señalaban la hipocresía humana. No hay que olvidar, lo que puntualmente hizo que se caracterizaran por su capacidad de libre improvisación en escena, por ejemplo: “En una ocasión Harpo pidió a una chica del coro, fuera de guion, que cruzase el escenario mientras él mismo la perseguía, para ver si Groucho quedaba desconcertado. Sin embargo, y para deleite del público, Groucho, simplemente dijo con serenidad mirando el reloj: “Caramba, es la primera vez que veo a un taxi persiguiendo a un pasajero”. En otra de sus representaciones cargadas de espontáneas improvisaciones “Groucho interpretaba una escena romántica mientras Zeppo, entre bastidores, gritó: ‘¡Ha llegado el basurero!’; Groucho, sin inmutarse le respondió: ‘Dile que hoy no queremos’”.
Su notoria celebridad llegó cuando Hollywood pasó a producir películas sonoras firmando un contrato con la Paramount y dando así, un notorio giro a sus carreras.
Uno de sus exitosos films –que llegaría a ser el más popular-, fue ‘Plumas de Caballo’ , en el que los hermanos hacían una sátira tanto del sistema estudiantil universitario norteamericano como de la ley seca llegando a ser portada en la revista Time. En esta producción se incluyó un gag que sería recurrente en otras películas. Recordémoslo: “Harpo demuestra que de su gabardina puede extraer cualquier clase de objetos; de hecho, en esta película se saca un mazo de madera, un pez, una cuerda, un lazo, un cartel de una mujer en ropa interior, una taza de café caliente, una espada, y una vela encendida por los dos extremos.”
La última película que hicieron para la Paramount, ‘Sopa de Ganso’ (1933), dirigida por el director más prestigioso de cuantos trabajaron con los Marx, Leo McCarey, está considerada actualmente como una de las mejores.
Tras dejar la Paramount y Zeppo convertirse en agente de sus hermanos, los tres Hermanos Marx que ahora formaban el conjunto pasaron a la Metro-Goldwyn-Mayer, incorporando diferentes novedades, como fueron las escenas de tipo romántico y números musicales no cómicos y cargando sus “quejas sociales” en quienes eran vistos como auténticos villanos, en esa etapa “con las películas de la Paramount donde los Marx nos mostraron su enorme creatividad y su genio innato” que continuaría con diferentes experiencias y nuevos títulos que fueron considerados auténticos éxitos, llegando incluso, con el paso de los años, a que el público se centrara en la presencia de Groucho que recibió un Oscar honorífico en 1974, tres años antes de su muerte y que sin duda, por sus características, fue el que más huella ha dejado en la dilatada carrera de estos ‘irrepetibles’ Hermanos Marx…