¡EN LIBERTAD!
El pasado verano la Guardia Civil encontraba en un descampado de Fuenlabrada un ejemplar macho de avutarda que acaba de ser devuelto a su entorno natural.
Cuando llegó al Centro de Recuperación de Animales Silvestres trasladado por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Guardia Civil), se encontraba moribundo, presentando signos de deshidratación, además de una grave fractura.
Ese “gran momento” de la denominada “suelta del animal” lo vivieron con mayúscula, sobre todo, quienes hacen posible -autoridades y profesionales- que se reiteren episodios como el que nos ocupa.
Momentos que queremos destacar porque son los que, por suerte, nos muestran “la otra cara”, -la buena-, de una sociedad llena de contradicciones y, lamentablemente, de todo tipo de incalificables ¿personas? que hacen del maltrato animal uno de sus mayores pasatiempos e incomprensibles satisfacciones.
No tenemos más que ver, escuchar y leer las noticias que en este sentido incivilizan, como decimos, el perfil de una sociedad que con ese tipo de actitudes, se retrata a sí misma.
Por ello comentábamos que hay que subrayar otras posturas que tienen el contrapunto en personas y en autoridades que luchan, precisamente, por lo contrario.
Veamos, por ejemplo que, mientras se acuchillan y se apalean nuevos perros, en el caso que nos ocupa, una vez analizado y diagnosticado el ejemplar por los Profesionales del Centro, se procedió a aplicarle los cuidados necesarios para recuperarle, devolviéndole, como se aprecia en una de las instantáneas, a su entorno natural en Daganzo.
Sin duda un instante que mereció la pena compartir ante otra bien distinta satisfacción: la que sienten silenciosamente y sin protagonizar los telediarios quienes hacen posible lo que estamos destacando y que van desde la plausible actitud de esos guardias civiles, hasta la dedicación de quienes salvaron la vida del ejemplar.
Pero no es este un caso aislado, no, sino esto es una estampa cotidiana que forma parte de las premisas de quienes merecen el reconocimiento de todo aquel que no disfruta haciendo sufrir a un animal..
Por ello desde “Tu Revista” debemos aplaudirles mientras incivilizados acaban con la vida de otras indefensas criaturas que, con actitudes incomprensibles no hacen más que “retratar” la incultura de cierto sector de la sociedad.