EL REMATE

FRANKIE DE JONG, SAVIA NUEVA PARA EL BARÇA
Frankie de Jong representa la sonrisa del Barça. El futbolista, nacido en plena primavera en el país de los tulipanes, rebosa alegría fuera del campo y trabajo dentro de él. Savia nueva para la medular culé.
Frankie de Jong nació con estrella en plena primavera en el país de los tulipanes, el 12 de mayo de 1997. De juego serio y espíritu ganador, fuera del campo representa la sonrisa del Barça.
El joven mediocentro holandés, de tan sólo 22 años, se desempeña en el campo como todo un veterano… y fuera de él parece un anuncio de dentrífico. Exultante, risueño y simpático, a Frankie se le ve aun más radiante que de costumbre, visiblemente orgulloso de su desembarco en Can Barça, donde llevará el timón de todo un transatlántico demostrando que su personalidad y desparpajo no son proporcionales a su edad.
Así, de Jong viene a retomar la larga tradición de jugadores holandeses en el Barça, todo un símbolo del fútbol alegre y asociativo que instauró Johan Cruyff y que cambió para siempre la historia del club. Frankie es presente y futuro, savia nueva para un centro del campo que demandaba a gritos una inyección de juventud, hambre y personalidad, cualidades que a Frankie le sobran, más allá de su incuestionable calidad futbolística.
No en vano, el año pasado fue uno de los máximos exponentes de la hazaña de un Ajax renacido tras demasiados años de oscuridad en Europa. Gracias a la aportación del nuevo centrocamposta del Barça, el emblemático club de Amsterdam alcanzó las semifinales de la Champions tras eliminar a dos gigantes como el Madrid o la Juve, dejando boquiabierta a toda Europa con su juego fresco, ofensivo y valiente. Ése es el espíritu de Cruyff y el que está destinado a restaurar Frankie de Jongen el Barça.

Encandilados. Sea cual sea tu equipo, si te apasiona el fútbol a buen seguro habrás disfrutado de los primeros destellos de genialidad que nos ha dejado Joao Félix en el Atleti. La puesta de largo de Joao Félix ha reventado las expectativas de los más escépticos, convencidos de que el club había perdido el juicio al desembolsar tamaña cantidad de dinero por un imberbe desconocido. Húerfanos de su columna vertebral, (Griezmann, Rodri y Godín) muchos aficionados colchoneros vislumbraban un futuro oscuro… pero este chaval portugués, nacido en Viseu el 10 de noviembre del 99, con su cara de niño y sus insolentes 19 años, ha entrado en la casa rojiblanca echando la puerta abajo, ha abierto las ventanas… y ese futuro se ha llenado de luz y aire fresco.
Ahora, los rivales se tiran de los pelos por no haber fichado a un potencial balón de oro. Y en especial el Oporto, por no verlo venir.
El club portista contó con Joao cuando era sólo un niño y lo desechó por su falta de corpulencia. Su padre, Carlos Sequeira, recorría casi 1000 kilómetros semanales para que su hijo entrenara con los Dragoes, pero la falta de interés del club les hizo recalar en su eterno rival, el Benfica, donde terminaron de modelar sus prodigiosas cualidades.
El año pasado irrumpió en la élite, pasó del segundo al primer equipo cuando el Benfica iba cuarto, marcó 15 goles en media temporada, debutó en la Champions, se convirtió en el jugador más joven de la historia en anotar un tanto en un derbi lisboeta ante el Sporting, se echó a todo un gigante a la espalda y el Benfica cantó el alirón.
Su explosión en el último tercio de la temporada pasada fue tan fulgurante, tan centelleante, que a la mayoría no le había dado tiempo a verlo.
Ahora, vale 120 millones de euros.
El Atleti fue el más rápido y el más audaz. Arriesgó, sembró ilusión, y ahora se apresta a cosechar los jugosos frutos de su valentía. Los que lo habían visto jugar estaban tranquilos. La apuesta era segura.
Porque el joven astro portugués es de esos jugadores a los que no hace falta ver muchos partidos para convencerse de que nos encontramos ante un crack de talla mundial. Basta su hat trick del año pasado en la Europa League ante el Eintracht de Jovic para convencerse.
Su explosiva combinación de calidad, inteligencia y personalidad iluminan la esperanza de toda una afición de cara a la próxima década.