EDITORIAL_182

                                        “Uno es dueño de lo que calla, y esclavo de lo que habla”.

 Sigmund Freud

Ahora que los discursos y promesas políticas son ‘el pan de cada día’ ¡y en pleno verano! no estaría mal recordar una de las tantas reflexiones freudianas que nos recuerda con claridad absoluta que: “Uno es dueño de lo que calla, y esclavo de lo que habla”.

Estamos rodeados de buenas intenciones que seguramente llegarán en convertirse en realidad, pero, por si las moscas (y los moscones), ahí queda ese pensamiento para que, transcurridos cuatro años, podamos ver las conclusiones.

Mientras tanto y con un enorme salto a impredecibles consecuencias, sigue esa guerra infernal que puede llevarnos a límites ilimitados que, seguramente podamos recordarle a quienes mueven ficha en este dominó donde el ganado está a expensas de los delirios de unos pocos, la misma reflexión freudiana, aunque nos gustaría recordar algunas otras reflexiones que, de cumplirse, la guerra sería solo un espejismo de la crueldad que encierra en realidad:

“Para hacer la paz se necesitan dos; pero para hacer la guerra basta con uno solo” (Arthur Neville
Chamberlain)

“La guerra terminaría si los muertos pudiesen regresar”. (James Baldwin)

“La primera víctima de la guerra es la verdad”. (Hiram Warren Johnson)

“Cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren”. (Jean Paul Sartre)

“La guerra es la invención de la mente humana; y la mente humana también puede inventar la paz” (Winston Churchill)

“La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido”. (Friedrich Nietzsche)

No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre”. (Andrew Bonar Law)

“Las leyes callan, cuando las armas hablan”. (Cicerón)

“La guerra es siempre una derrota de la Humanidad”. (Juan Pablo II)

Disfruten del verano… ¡en paz!