EDITORIAL_172

                                                            “No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto”

                                                                                                                  (ALBERT EINSTEIN)

Si al comenzar el verano pensamos que septiembre se veía como un faro lejano en espíritu y en tiempo, nos equivocamos: la rutina, el día a día que muchas veces nos pesa, ya están aquí.

Qué verdad la de Einstein al reflexionar acerca del vertiginoso paso del tiempo:

“No pienso –escribió- en el futuro porque llega muy pronto”.

Genial.

Y aquí estamos, efectivamente, con el verano pensado en pretérito dispuestos a “comernos el mundo” (como pensará la mayoría con un rasgo de optimismo en estos tiempos), aunque –por desgracia- no pocas veces  es la realidad la que “se come” a los menos pensados, a esos que veían al futuro como algo lejano.

Los unos, con la ansiedad –y la ilusión, según se mire- escolar de sus hijos.

Los otros con la vuelta al trabajo.

Algunos rebosantes de juventud.

Otros con plateados años pero sin perder la ilusión, viviendo a tope el presente como nos confesaba (en una entrevista que recordamos) la gran diva del cine de otras épocas: María Félix.

El presente apunta a un rapidísimo futuro que cuando se convierte en presente se nos muestra cargado de nostalgia.

A Einstein hay que sacarle el sombrero: porque ¿para qué pensar en el futuro?

Vivir este septiembre con todas las fuerzas del mundo antes de entrar en un otoño que después de tantos calores todos deseamos sin problemas de salud y sin inseguridades de todo tipo aunque se avecina un futuro que llegará muy pronto.

Y hablando de presente y de futuro, abrazar a nuestra coordinadora Nuria por la reciente pérdida de Tony, su adorada mamá que, en el recuerdo, para la familia ALGENTE, seguirá siendo presente: ¡Siempre!