EDITORIAL_124
“Lo peor de los débiles es que necesitan humillar a otros para sentirse fuertes”.
Seguimos viendo como en el mundial de Rusia continúan las sorpresas de las que, aun que ya sea historia, hay que recordar que, al país de los dentistas, tuvo que dejarlo “con la boca abierta” el técnico de Islandia que es, como muchos aficionados saben, precisamente un profesional de la odontología.
Bromas irónicas que circulan, como es natural, “por aquí” y “por allá” sobre la actitud de la Selección Argentina en Rusia, un Mundial que, independientemente de la confrontación que mantuvieron en partido decisivo los de Sanpaoli con Nigeria, nos mostró a un Messi que, cuando sonaba el Himno de su país, minutos antes de enfrentarse a Croacia, se dejó ver virtualmente hundido, sin motivo aparente, agachando la cabeza, con la mirada perdida, coincidiendo con alguna estrofa del Himno.
Un Himno que, entre otras metáforas dice por ejemplo:
“Sean eternos los laureles que supimos conseguir”…
…Algo que, trasladando -con todo respeto- ese mensaje poético de un Himno Nacional que alude a un histórico pasado al mundo futbolístico, en este caso de Messi, podría dar la impresión que es algo que el futbolista se hubiese tomado (y nunca mejor dicho): al pie de la letra, cuando en realidad, los “laureles” que se consiguen, en este caso en el fútbol, nunca pueden ser “eternos”, ya que (bajones incluidos), es algo que hay que currárselo, como diría Simeone: partido a partido.
Y ya que mencionamos a Simeone, un argentino con garra, como él y dueño de un mensaje directo es lo que le habría hecho falta en ese momento a esta Selección, al margen de lo que el destino le hubiere deparado después de escribir estas líneas.
Y sino, recordemos también que Argentina es un país de psicólogos que podrían hacerse una “panzada” con tantos astros incomprensiblemente derrotados antes de la contienda y que por ello, harían poner nervioso al mismísimo Sigmund Freud con actitudes de abatimiento espiritual cuando apenas habían dado el pistoletazo de salida.
Muy sugerente el título del último disco de Nuria Fergó a la que entrevistamos en esta edición:
“La vida son solo dos días…”
Seguramente que los apasionados del fútbol en general estarán pensando que cada cuatro años hay un Mundial y por eso hay que pensar en esos “dos días”.
Después, se cruzan otras “jugadas” del destino que nos hacen olvidar ciertos momentos y la vida sigue, aunque “solo sean dos días”.
En este encuentro de julio, una vez más ALGENTE en pleno verano y sin cerrar por vacaciones, ofrece unas páginas frescas y renovadas que esperamos sean, una vez más, del agrado de nuestros miles de lectores.