DESENPOLVANDO EL IRREPETIBLE HUMOR DE…

‘EL GORDO Y EL FLACO’

Las jóvenes generaciones que no hayan pulsado el ‘botón retroactivo’ de la exitosa carrera de estos dos paladines en su género, deberían hacerlo y apreciarían –aún más en estas fechas y después de las pascuas limitadas que hemos vivido y lo que vino a continuación- la importancia que tiene en nuestras vidas, dejar en libertad: inhibiciones, frustraciones y malhumor, relajando la rutina de cada día con carcajadas al estilo Oliver y Stan…

El  productor Hal Roach, en 1927 produjo para ellos ‘The Second Hundred Years’, film supervisado por Leo McCarey, que llegaría a ser un grande de la comedia clásica. Pues bien, Entre Roach y McCarey descubrieron que ‘el Gordo y el Flaco’ (como fueron bautizados en España) formaban un dúo con el que el éxito estaba asegurado.

‘Dos pares de mellizos’, ‘Héroes de tachuela’, ‘El abuelo de la criatura’, ‘De bote en bote’, ‘Un par de gitanos’, Fra Diavolo’ y un largo etcétera fueron algunos de los cortos y mediometrajes que protagonizaron los dos, haciendo que el caricaturezco llanto de ‘el flaco’ y las condimentadas reprimendas de ‘el gordo’, dieran la vuelta al  mundo, habiendo permanecidos inseparables, hasta el final de sus presentaciones, a pesar de que Hal Roach –por reiteradas desavenencias con Laurel, ‘el flaco’, que era el cerebro de los gags que conquistaban al público- intentó separarlos.

Es cierto que tuvieron momentos de altibajos artísticos, en ocasiones, viéndose ‘salpicados’, incluso  –entrando ya en el terreno de lo privado- por una irregular vida sentimental con sus respectivas esposas, ya que se casaron varias veces y, algunos de sus fracasos sentimentales, incidieron notablemente en sus carreras profesionales, además del último tramo de sus trabajos en el celuloide que propiciaron el alejamiento definitivo del séptimo arte…

Pero, a pesar de todo, continuaron –siempre juntos- con sus actuaciones personales y en televisión hasta que, lamentablemente, Hardy sufrió un derrame cerebral. Cuando falleció un 7 de agosto de 1957, quien había sido su amigo inseparable –Laurel- no tuvo fuerzas ni para asistir a su entierro y se mantuvo alejado del espectáculo (a pesar de haber apadrinado a Dick van Dyke) hasta su último adiós, el 23 de febrero de 1965, tras un ataque al corazón.

Un dúo que, como decíamos, ha sido irrepetible,  motivo por el cual, gracias a su legado cinematográfico,  podemos volver a disfrutar de ese humor made in… ‘el Gordo y el Flaco’.

                                                                                                ©Bayres/ALGENTE

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