DAVID BARRERA…UN CRACK ANDA SUELTO.

Estas duras semanas de pandemia, David –en la franja horaria que le correspondía-, también nos dejó la inimitable ‘huella’ de su arte y, ahora, a la espera de próximos viajes y de ultimar proyectos fuera de España, recibe a ALGENTE con la misma ilusión de todos: “que pronto –ojalá así sea-, pero que muy pronto, podamos volver a nuestra anhelada rutina…”. En su caso, sin dejar de crear y recrear rostros y situaciones mundialmente conocidas como sólo él sabe hacerlo…

Lo tuyo –comenzamos comentándole-, seguramente que viene desde que eras un niño porque ¿cómo se consigue ‘clavar’ tantas caras conocidas si no has empezado siendo un chaval?

Gracias…¡Y sí, claro! Empecé con 7 años pintando donde podía… En aquel entonces firmaba como ‘Enk’ y unos años más tarde me pasé al seudónimo de ‘Fam’…Y ahora firmo como David Barrera…

¿Por qué, al ser conocido y admirado ya no tienes que ‘correr’?

Es verdad y es igual de cierto lo que mucha gente dice de los graffiti: ¡que a veces son ‘ensucia paredes’! Pero si no hubiera sido por eso, yo no habría podido ser lo que soy hoy. Para mí, siempre seré graffitero…Vivir ese momento de creatividad, el olor a spray… Porque, teniendo respeto por la propiedad de los demás y utilizando el sentido común, siempre se puede valorar tu trabajo.

Y dinos David, después de esos años que no olvidas pintando y corriendo ¿cuándo, de verdad, convertiste tus firmas en algo más?

Ah, ese momento comenzó a llegar a mi vida hace unos doce 12 años… Empecé impartiendo cursos de aerografía. Antes era escayolista, pero cuando comenzó la crisis y bajó tanto el trabajo en la construcción, tuve que buscar una alternativa para poder seguir trabajando. Al principio monté un negocio vendiendo botes de spray para que los chavales no tuvieran que ir a Madrid a comprarlos, pero eso daba muy poco dinero, después, como os digo, empecé a impartir las clases de aerografía algo que funcionaba bastante bien ya que tuve muchos alumnos. Casualmente dos de ellos eran tatuadores y ellos me animaron a entrar en el mundo del tatuaje…

…Después vino lo que vino: su arte plasmado en murales y en retratos donde podemos ver algunas de las obras de David Barreray que pueden observar nuestros lectores, ya que muchos de sus increíbles creaciones ilustran estas páginas.

Así que pasaste de firmar manchando las paredes, a escayolista, tatuador y… pintor de murales…

Tengo que decir, hablando de aquellos trabajos en las obras, antes de lanzarme a este nuevo  mundo, que siempre me gustó  y que el olor a esparto mojado me recordaba a mi padre que había fallecido…  Pero el gran cambio que di en mi vida me ha venido muy bien porque ahora no paso frío en invierno ni calor en verano, sólo cuando hago los murales al aire libre.

¿Recuerdas cuál fue tu primer mural gigante?

Claro, cómo no recordarlo: fue un tigre que hice en una pared ilegal. Era un reto personal, para descubrir si realmente tenía potencial porque nunca había dibujado nada a una escala tan grande. La verdad es que salió súper bien y me decidí a continuar en este mundo.

¿Cuál ha sido tu mural más reconocido?

El de Kobe Bryant. Tras su tragedia, me ha escrito muchísima gente por Instagram, de hecho muchos siguen contactando conmigo después de hacerse fotos con él y, me las envían con mucha ilusión algo que agradezco con emoción… Ha tenido un éxito inesperado pero, la verdad, es una pena que haya sido por el motivo que fue…

Ahí pusiste alma y mucho corazón…

Fueron cuatro días a jornada completa y sin exagerar: de sol a sol. Cuando empiezo un trabajo, soy obsesivo. Igual que espero obtener el mejor resultado cuidando cada detalle, quiero hacerlo en el menor tiempo posible. Empezaba sobre las 8.30 y hasta que se iba la luz natural, sobre las 19.30, parando una hora para comer. Mucho corazón, es cierto.

¿Qué puertas se te han abierto a raíz de tu éxito?

Este un ‘mundo’ difícil. Muchas veces, sea cual sea tu trabajo, si no tienes un nombre o una recomendación de alguien ya conocido, las puertas no se pueden abrir; el mundo del arte es un mundo muy cerrado. Es cierto que ya llevo tiempo suficiente y tengo muchos trabajos reconocidos y voy poco a poco abriendo algunas de esas puertas.

Nuestro entrevistado, además de ser un artista en toda regla, es –lo apreciamos en sus respuestas-, un joven discreto y humilde ya que, su arte, ha traspasado fronteras.

No es nada conformista y, como le comentamos: parece que necesitaras seguir innovando y abriendo nuevos horizontes…

¿Cuál es tu próximo reto?

Ahora también pinto cuadros y empiezo a exponer en galerías. Justo antes del Covid 19 tenía previsto exponer en Barcelona, Miami, Los Ángeles y Nueva York… Ahora lo estoy poniendo en marcha de nuevo…

¿Qué técnica utilizas para pintar tus cuadros? Porque será muy diferente pintar con spray que hacerlo con pincel…

Antes pintaba con un aerógrafo, pero ahora me estoy especializando en óleo porque en las galerías de arte lo valoran de mejor manera y está más cotizado. A pesar de que la aerografía, claro, es más realista que el óleo.

Además, recordémoslo, David Barrera es un reconocido tatuador en el mundo entero.

¿Has llegado a un punto en el que podrías decir que vives de tu arte?

Sí, puedo vivir de mi arte. Estoy muy bien valorado; por ejemplo, dentro del mundo del tatuaje, soy considerado uno de los 20 mejores del mundo. En cuanto al graffiti, tengo grandes proyectos que en cuanto puedan empezar de nuevo a rodar, también me permitirán vivir muy bien.

¿Qué clase de clientes tienes para los murales?

Tengo clientes de todo tipo… Desde Ayuntamientos, comercios a la calle o particulares que quieren decorar su salón o dormitorio… Ya he pintado el salón de algún futbolista conocido y esto también me ha abierto nuevos proyectos.

Hemos visto que en algunas de tus obras aparecen las manos de Mickey Mouse…

¿Hay un motivo o explicación?

Sí, es que viajé a Los Ángeles para realizar allí un tatuaje e iba a hacer un graffiti de Michael Jackson. El caso es que por todas partes estaba Mickey Mouse… Me enteré que se estaba celebrando el 90 aniversario de Mickey y me propuse el reto de hacer 90 piezas con sus manos… Ya he hecho más de 20…

Su cotización, en alza, le permite viajar, darse a conocer y corresponder a distintas invitaciones internacionales.

Antes de todo esto no había salido nunca de España… Ahora es una maravilla, conozco Nueva York, Miami, Colombia, México, Suiza…Muchísimos países y eso lo valoro un montón. Empecé a tatuar hace 8 años en España y 2 años después ya viajaba para tatuar por medio mundo… La verdad es que fuera de España me valoran más que aquí. Por un lado te valoran como artista y confían en tus decisiones. Por otro, valoran tu trabajo  al que remuneran como corresponde. Aquí, muchas veces, me regatean el precio hasta el límite y, además, te dan menos espacio para crear.

¿Con qué especialidad disfrutas más?

Con los retratos, el realismo en las caras y los animales.

¿Tienes tú muchos tatuajes?

No tengo ninguno… Se lo prometí a mi madre y lo he cumplido. Eso ha provocado ciertos prejuicios dentro del mundo del tatuaje porque algunos profesionales me miran raro… Pero es una promesa que hice y quiero cumplir.

¿Es cierto que ganaste un récord Guinness?

Sí, en 2016. Junto con un compañero de trabajo. Hicimos 56 horas con 52 minutos tatuando sin parar a la misma persona. Fue toda la espalda… No sé cómo lo aguantó el pobre chico. Ahora lo han superado y próximamente pretendemos volver a ganarlo. Con el mismo compañero y al mismo cliente, pero esta vez en la pierna…

Un crack, lo decíamos al comienzo…

A David Barrera ya lo tientan desde galerías internacionales. Vive ‘a la vuelta de la esquina’ pero, hay que valorarlo más. Cualquier día puede sacar billete sólo de ida y perderlo como artista.

…Tiene toda una vida y un inmenso mundo por delante.

                                                                                  ©Nuria Santero/Bayres/ALGENTE

                                                                          fotos©Marcelino Bonamino