Carlos Alcaraz, un fenómeno.
Ahí le vemos, en boca de todos, con una entrega sin igual…
Carlos Alcaraz Garfia es el segundo de cuatro hermanos. El mayor: Álvaro, de 21 años; después Sergio, de 11; y Jaime, de 9.
“Todos juegan al tenis y los pequeños quieren seguir los pasos de Carlos y alguno de ellos, también podría llegar”, comenta su padre, Carlos, director de la escuela de tenis del Club de Camp de El Palmar, Murcia...
“Con apenas tres años -recuerda su progenitor- le compré su primera raqueta…” y hace días acaba de pasar a formar parte de la historia al derrotar a Djokovic en un partido de ensueño…
Su pasión por el tenis ha sido transmitida de generación en generación. El abuelo, el jefe de este clan amante del deporte, fue el primer socio del club de tenis. Y él ha ido transfiriendo ese amor por el tenis, hasta llegar al nuevo campeón Carlos Alcaraz.
Todos recuerdan sus años juveniles con ternura.
Así, una de sus profesoras, comenta que “cuando Carlos ganaba algún campeonato, era difícil entablar una conversación con él porque era vergonzoso, pero dueño de grandes valores, algo que demostraba en el colegio y ahora, lo sigue demostrando en su vida particular y profesional”.
“Carlitos” como se dirigen a él en su pueblo, es un chico normal “que hoy día, rodeado de tantos compromisos, seguramente estará deseando -como hacía todos los veranos- pasar unos días inolvidables ¡como aquellos! en Los Urrutias…”
Quienes conocen sus gustos, comentan que este impresionante campeón del tenis mundial, “hora y media antes de cada partido come pasta ambrosía y las noches previas a los encuentros, cena sushi”.
Detalles que desconoce el gran público, aunque lo que no podemos ignorar, son los días, meses y años que Carlos Alcaraz ha venido dedicando a convertirse en lo que hoy es…
Su entrenador de aquellos años juveniles recuerda que “la diferencia de un niño que va a una escuela de tenis, es que cuando acaba su clase, se marcha a su casa, pero Carlos no, al contrario, se metía en alguna pista a jugar un partido, se enganchaba con otro grupo para seguir entrenando… Siempre buscaba algún sitio para seguir jugando al tenis”.
En El Palmar -Murcia-, no caben en sí de alegría y emoción tras la impresionante victoria que ha colocado a Carlos Alcaraz en la portada de la prensa mundial…
“Siempre hemos creído en Carlos, es un orgullo muy grande el que sentimos”, nos comentan en el consistorio que resume el sentimiento que todos pudimos ver en televisión, cuando todo El Palmar saltaba de alegría al ver que este crack del tenis mundial conseguía el triunfo en Wimbledon.
Allí, en su lugar de nacimiento, Alcaraz disfruta de la admiración de toda una localidad que espera ansiosamente cada una de las visitas del ídolo, encuentros que -lamentablemente por razones obvias-, son cada vez más espaciados.
El joven tenista está recogiendo lo que merece, lo que ha ido logrando desde sus “primeros pasos” en el tenis, hasta su volcada preparación que ha ido consumando en la academia que su entrenador: Juan Carlos Ferrero (uno de los mejores tenistas de la historia de España), tiene en Villena (Alicante), donde entrenan y viven varios jóvenes tenistas que cuentan con todas las comodidades: pistas de tierra batida y cemento, restaurante y zonas de recreo, piscinas y clases para no dejar de lado los estudios.
“Carlos cae bien a todo el mundo…Es un joven que merece lo mejor; el propio Djokovic -que no suele adular a ningún contrincante- tuvo palabras increíbles para quien acababa de derrotarle…”
Y no es para menos, ya que en solo tres años -en el circuito ATP-, Carlos ha conseguido (con tan solo 20 años: nació el 5 de mayo de 2003) “hacer realidad -como éldice- lo que siempre había soñado”.
Y además (como todos pudimos verle en televisión), tuvo la simpatía y el desparpajo que tanto se agradece al dirigirse al Rey Felipe, diciéndole: “Me has visto en dos encuentros y en los dos he ganado… ¡trata de venir siempre a verme!”.
Una ocurrencia sencilla y campechana que -tuteo incluido- hay que firmar, sin duda, como made in Alcaraz…, natural de la pedanía más grande de Murcia donde creció y tuvo una infancia feliz junto a su madre, Virginia Garfia y a su padre, Carlos Alcaraz que supo contagiarle, como decíamos, el amor por el tenis a sus cuatro hijos: Álvaro -el mayor de 23 años que suele acompañarle en las giras, además como ‘sparring, ya que también ha practicado asiduamente el tenis; Carlos, Sergio (que se ha pasado al fútbol) y Jaime, el menor de los Alcaraz que también suele competir con éxito.
Su padre ha recordado que Carlos comenzó desde muy pequeño a darle a la raqueta: “Y ahí, en esos años juveniles, es cuando vas viendo que, desde pequeño, demuestra que tiene cualidades, llegando incluso a destacar en futuras etapas y que, al cumplir los 14 o 15 años, ya conseguía situarse en un nivel muy alto”.
En realidad, como su progenitor recuerda: «Con siete años, a Carlos, ya se le veía que tenía algo especial y diferente«, comentó quien sabe de tenis.
Y así fue, porque nuestro joven protagonista, como nos lo recuerdan: “logró sus primeros puntos como profesional en febrero de 2018, cuando tenía tan solo 14 años en el ITF Futures del Murcia Club de Tenis. En ese entonces, su nombre ya resonaba entre los seguidores más especializados del tenis nacional, pese a que aún estaba en edad de cadete. De hecho, pocos meses después, se proclamó campeón de Europa sub-16 en Moscú, sumando varios títulos nacionales, internacionales y con la selección en categorías inferiores”.
No hay más que escuchar a sus mentores y al propio Carlos hablar con emoción del día en el que levantó su primer trofeo profesional:
“Fue en Denia. En la final del Futures, derrotando al kazajo y un año más tarde se hizo con su primer Challenger (un escalón por encima de los ITF, aunque ambos por debajo del circuito ATP) en Trieste ante Riccardo Bonadio. Acto seguido conquistó tres títulos más”.
A partir de ahí su estela de triunfador fue creciendo hasta el último histórico triunfo en Wimbledon.
Un triunfo que -además de mencionar a Ferrero, alguien fundamental en su carrera- es justo recordar otros nombres que tuvieron que ver con los comienzos del futuro crack. Así por ejemplo el de Carlos Santos Bosque y el de Kiko Navarro quien, con el corazón en la mano, al contabilizar los increíbles logros de Carlos, ha llegado a decir que, indudablemente “cuesta asimilar todo… Pensar que hace nada estábamos jugando por España o tomando una Coca-Cola en el club… Hablando con su padre, nos miramos y nos quedamos un poco en shock ante esos resultados que llegaron a ser un sueño al que apuntar, pero al mismo tiempo -si rememoras el pasado, los comienzos, las horas de dedicación-, los que llevamos toda la vida ahí, te sorprendes un poquito menos”.
Kiko Navarro que estuvo con Alcaraz hasta que cumplió los 17 años, atendió con exquisita amabilidad a diferentes espacios televisivos, mostrándose orgulloso y recordando aquellas jornadas en las que reconoce que no era fácil para un chaval estar “ahí”, entrenando a diario. De aquellos años que recordará siempre, nos ha dicho: “Todo era muy rutinario: ir al colegio, entrenar solos, un día, otro…,” pero rápidamente le vio madera de campeón…
Hoy, Carlos Alcaraz, centro de todos los elogios, orgulloso, comparte la alegría de su trayectoria recordando momentos tan importantes a través de cantidad de imágenes que ha publicado en su Twitter, Facebook e Instagram.
Bayres/ALGENTE
IMÁGENES: @carlitosalcarazz/7yacción/
@carlosalcaraz