ARNOLD SCHWARZENEGGER Puede con todo…
Cuando regresó a la gran pantalla después de haber agotado su legislatura como gobernador de California, se limitó a decir que no le costó volver a interpretar “y desde ese momento, para mí, el gran desafío es que el público dejara de ver en mí al gobernador de California».
Arnold Schwarzenegger, archifamoso en el mundo entero por sus papeles de superhombre, es algo así como un todoterreno de la vida que -dejando su faceta política aparte-, igual convoca un año más a cientos de miles de deportistas en la capital de España, que pega fuerte otra vez en las carteleras cinematográficas del mundo entero, que se preocupa por ocupar la primera fila de una sociedad tan necesitada de gestos solidarios.
Se le conoce por sus diferentes niveles de fama y en tan diferentes temáticas, pero lo cierto es que no todos saben que este polifacético ser humano, sabe disparar a “quemarropa” a todo tipo de injusticias y lo hace sin balas de fogueo, sino con su propia pólvora al poner sin dudar su otra mejilla, la de ese hombre generoso, cercano, humilde y –como decimos-, preocupado por los más necesitados al mostrarse dueño de una conducta social que francamente sorprende, en beneficio de quienes piden ayuda.
Si sus logros en el séptimo arte y en el culturismo (dejemos, como apuntábamos, su paso por la política para los entendidos) es algo a destacar:
¿Qué no podríamos aplaudir de su implicación con quienes han buscado en él ayuda anímica y de vida en todas sus acepciones?
Por eso, por tratarse de alguien que bien podría vivir tumbado en su lujosa mansión dando la espalda a todo lo que no fuera él, emociona al conocer los resultados que puede lograr Arnold en el día a día de quienes han tenido la suerte de contar con su ayuda directa o indirectamente..
Ahora Arnold, un año más, ha dejado su huella en España con motivo del Arnold Classic Europe 2015 donde también estuvo ALGENTE.
Y decimos también porque entre ascensores, custodios, terceros que no pintan nada pero que incordian al periodista, compromisos relámpagos y cantidad de comparecencias ante la prensa, Arnold con esa forma –repetimos- increíblemente cercana que tiene con su interlocutor, nos demuestra que más allá de sus películas y de sus apadrinazgos deportivos, es dueño de una personalidad arrolladora que trataremos de desgranar en estas páginas de “Tu Revista”
«Mi vida ha sido tan bendecida que no cambiaría nada. La dejaría tal como está, incluyendo todos mis errores. A pesar de los fracasos, las altas y bajas, soy una persona –como digo- bendecida por lo que no cambiaría mi existencia por la de ningún otro. Doy siempre gracias a Dios y también a Estados Unidos, por haberme abierto sus puertas y darme la oportunidad de cumplir todos mis sueños».
Es lo que dice A.S. textualmente, mientras subraya algo tan significativo: …”Cumplir todos mis sueños”.
Unos sueños que comenzaron a surcar la vida de Arnold pocos años después de su nacimiento, en Austria, un 30 de Julio de 1947.
Hoy, a sus 68 años y más jovial que nunca, nuestro protagonista se dejó ver en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, Madrid Arena, cautivando una vez más con su forma simple y práctica de ver las cosas, a un público de tres generaciones que le vitoreó y le aplaudió a rabiar.
Antes de adentrarnos en algunas pinceladas sobre su vida, veamos someramente al recordar algunas de sus presencias solidarias, de qué manera vive de frente a la realidad del siglo XXI pero al tratarse de su propia vida, sin guiones y sin marquesinas hollywoodenses, sino de “tú a tú” y con el corazón en su mano, vaya donde vaya.
Recordemos para abrir boca, su espontánea carta a un padre enfermo que había perdido el entusiasmo por la vida y a su hijo el día de su treinta cumpleaños que fue primera página de los periódicos ya que consiguió que aquel hombre de 72 años volviera a sonreír al que nuestro protagonista, entre otras cosas, le escribió de puño y letra:
Me siento muy honrado de que mi estúpida sonrisa en Terminator te haya hecho sonreír, pero espero que encuentres alegría y fuerza en el maravilloso hijo que has traído al mundo.
Y no podemos dejar de mencionar la oferta que le ha hecho la cadena NBC para presentar un afamado show televisivo tras lo cual, dijo, siempre pensando en satisfacer ese corazón solidario:
“Estoy encantado de traer mi experiencia a la mesa y seguir aportando millones para obras de caridad” subrayó este singular ser humano también conocido por sus trabajos a favor de los paralímpicos y por su respaldo a programas extra escolares que mantienen a los niños fuera de las calles, un para muchos desconocido Arnold que incluso ha sido señalado como filántropo.
Hasta la fecha, The Celebrity Apprentice, el programa que espera contar con Arnold, ha recaudado 13,27 millones de euros para programas benéficos. Y esa filosofía, sin duda, es la razón por la que ha aceptado la propuesta sin más.
También, como recordaremos, Schwarzenegger se prestó a protagonizar una broma solidaria para recaudar fondos para los niños.
Así fue que se hizo pasar por su propia figura de cera en el museo Madame Tussauds de Los Ángeles, dándole sustos de muerte a todo aquel que se acercaba a tocarle tal y como ya han visto en la correspondiente grabación por YouTube más de dieciséis millones de personas.
Otra de las iniciativas de Arnold para recaudar fondos para la Fundación After-School All-Stars, que se dedica a organizar programas extraescolares para ayudar a los niños, fue comprometerse a sortear entre las personas que hagan donaciones un pase para ser su acompañante en el estreno mundial en Los Ángeles de su próxima película.
Y su bomba más sonada –nunca mejor dicho- fue crear ese proyecto benéfico que consistió en ofrecer pasar un día junto a él explotando cosas, curiosamente, a cambio de recaudar dinero para su programa: ‘After-School All-Stars’ y así poder ayudar a niños de familias sin recursos.
Orgullosos habrán estado de su hijo Aurelia Jadrny y Gustav Schwarzenegger y cómo no, hoy día, sus hijos Katherine y Patrick, Arnold.
Para Arnold,“la aventura” de protagonizar una vida que seguramente no la habrá imaginado tan llena de singularidades, comenzó en Thal, una pequeña ciudad austríaca donde su padre era respetado como el Jefe de Policía local que educó a sus hijos en el catolicismo y dentro de una estricta disciplina que el propio Arnold no olvida:
“Había que cumplir con todas las tareas y conductas que nacían de una educación que mis padres no descuidaban.”
Antes de comenzar con su gran pasión en los gimnasios que le dotaron de un físico privilegiado, recuerda con nostalgia: “practiqué boxeo, jugué al fútbol y hacía atletismo” hasta que le comunicó a sus padres su mayor deseo:
¡”Quiero llegar a ser el más fuerte del mundo!”
Quién diría que aquel jovencito que vivió la mayor de sus alegrías infantiles cuando sus padres pudieron comprar un frigorífico ya que la situación económica familiar era precaria, llegaría con el paso de los años a convertirse en lo que es hoy en el séptimo arte, en su pasada etapa política, en eventos deportivos como el que le ha regresado a Madrid y, en general, como hombre de bien que vive y se desvive por ayudar al prójimo.
¿Tal vez al pensar en aquellos años difíciles de su niñez?
Probablemente.
Cuando habla de su pasado parece que en cada expresión volviera a vivir esos años que no olvidará:
A los catorce años empecé a tontear con las pesas y se me dio bien porque gracias al fútbol que había venido practicando estaba bien desarrollado…
Y así continuó en esa ilusión, demostrándole a su padre que no iba a ser policía como él deseaba.
Incluso comenzó a adentrarse en determinados conceptos de la psicología que le permitieron entender el poderoso poder de la mente sobre el cuerpo, además de continuar un intenso programa de entrenamiento con uno de sus primeros maestros.
Más tarde llegaría la etapa de su gran admiración por profesionales del culturismo como Steve Reeves –entre otros-, a tal punto que sobre él llegó a decir que en su adolescencia creció admirando a Reeves:
Sus importantes logros me permitieron creer en lo que era posible incluso cuando otros a mi alrededor no siempre comprendían mis sueños… Steve Reeves ha sido parte de todo lo que he tenido la fortuna de conseguir.
Sueños que poco a poco ha ido cumpliendo como decíamos al principio y devolviendo esos girones del destino a quienes más lo necesitan que, entre otros rasgos, es algo que destaca en la peculiar personalidad de quien protagoniza nuestra portada de otoño.
Cuando Schwarzenegger realizó el servicio militar se hizo con el campeonato de Mister Europa en categoría júnior: por lo cual, comentó eufórico que
Y ese título era mi billete a América, la tierra de las oportunidades, dónde podía convertirme en una estrella.
Y así fue que se convertiría en el Mister Universo más joven a la edad de 20 años.
Cuando llegué a Estadios Unidos, naturalmente mi acento era muy malo y además muy fuerte, lo que era un obstáculo cuando empecé la carrera de actor.
En aquel entonces se entrenaba en el gimnasio Gold en Santa Mónica, bajo la supervisión de Joe Weider. Desde 1970 hasta 1974.
A los 23 ganó el primer título de Mister Olympia en Nueva York, y lo ganaría un total de siete veces.
En su reciente visita a Madrid comprobamos que su influencia en el mundo de quienes lo toman como ejemplo es muy significativa, un Schwarzenegger que está considerado entre los más importantes personajes en la historia del culturismo y su legado, está conmemorado, precisamente, en la competición anual de culturismo Arnold Classic que ALGENTE en primera fila.
Recordemos que entre sus títulos como deportista destacan el campeonato de Europa júnior y el de Europa absoluto. Además fue varias veces Mister Universo en diferentes podios.
El objetivo de Schwarzenegger era convertirse en el mayor culturista del mundo, es decir, ganar el Mr. Olympia, anhelo que hizo realidad en 1970, convirtiéndose, como decíamos, en el deportista más joven que lo haya obtenido, récord que aún ostenta.
A partir de ahí sus satisfacciones deportivas fueron incontables hasta que después de ganar por sexto año consecutivo el campeonato de Mr. Olympia, anunció su retirada del culturismo profesional aunque, años más tarde y mientras se preparaba para el papel que le catapultó a la fama cinematográfica en “Cónan el Bárbaro” (había debutado como actor dando vida a “Hércules” un año antes) volvió a presentarse en el tan codiciado campeonato ganándolo por séptima vez pero esa vez sí , se retiró definitivamente.
Una vida de “ida y vuelta” con el cine que iba a distinguirlo con el Globo de Oro por su papel en el filme “Stay Hungry”.
En la cima de una popularidad mundial, como sabemos por diferentes facetas, aún hoy se las ingenia para “fabricar” tiempo donde no lo tiene, para ayudar a todo aquel que puede cual si fuera el Terminator de la vida real que no da la espalda a quienes más lo necesitan.
En dos ocasiones, la última en 2007, fue nombrado como una de las cien personas que según la revista Time ayudan a mejorar el mundo. Y en esas actitudes, se incluye también su postura sobre el maltrato de animales en general. En el pasado mes de mayo y en relación con la muerte del león Cecil, Arnold escribió en su cuenta de Facebook que “Matar a un león no es de valientes. Entrar en un ring de combate o unirse a la armada… es de valientes. Intenta eso antes de matar a un león. Proteger a los grandes felinos es, también, de valientes”, tras lo cual el gobierno de Zimbabue tomó medidas drásticas respecto a la caza de animales dentro del Parque Nacional de Hwange.
Ejecutor hombre de negocios, auténtico Depredador de ciertas miserias humanas.
Arnold Schwarzennegger, aunque pasen los años, sigue ganando “fans” en las salas de cine, en los gimnasios, en las increíbles citas deportivas como esta reciente en Madrid y en esos rincones de la sociedad donde la solidaridad cada día hace más falta.
Arnold, un tipo duro con el corazón sensible…
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