CON TECHO… En el “Albergue Santa María de la Paz”

 

Unas palabras del Papa Francisco con las que comenzábamos nuestra editorial de la anterior edición, volvieron a sensibilizar la buena intención de no pocos de nuestros lectores, que contactaron con nuestra redacción para proponernos algunos temas relacionados con esas personas sin hogar e incluso ofreciendo una solidaridad que hemos canalizado hacia quienes la merecen. Destacamos en este espacio la encomiable labor del el “Albergue Santa María de la Paz” -situado en Sanchinarro- que ayuda a las personas sin hogar a remontar su precaria situación proporcionándoles techo, abrigo, alimento, e incluso formación… y lo que es aun más importante si cabe, ayudándoles a restaurar su esperanza y su dignidad.


Unas palabras del Papa Francisco con las que comenzábamos nuestra editorial de la anterior edición, volvieron a sensibilizar la buena intención de no pocos de nuestros lectores, que contactaron con nuestra redacción para proponernos algunos temas relacionados con esas personas sin hogar e incluso ofreciendo una solidaridad que hemos canalizado hacia quienes la merecen.

Por ejemplo el “Albergue Santa María de la Paz” -situado en Sanchinarro- que tanto hace por las personas sin hogar que viven una situación precaria que no disponen ni de cobijo ni de alimentos.

CON-HERMANA-AMPAROPero recordemos las palabras del Papa, como decimos, con las que iniciábamos nuestra editorial de comienzo de año y que, a la sazón, son las que nos han llevado a visitar este Centro que tanto necesita la ayuda de todos.

“No encontramos ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese para aceptar la falta de alojamiento. Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas a nuestro lado. No nos deja solos. Pido a la sociedad buscar las causas que dejan a las personas sin hogar”.


Por otra parte, al llegar al número 81 de la calle Vicente Blasco leemos:

Acabas de atravesar la puerta de un lugar en el que, desde hace más de 34 años, se da Acogida y Acompañamiento socio-rehabilitador a Personas sin Hogar…

Nos reciben Juan Antonio Diego (que es Hermano de San Juan de Dios Superior de la Comunidad hace 26 años), y Carlos Zarrabeytia (que lleva cinco años en la orden) Subdirector de Servicios Generales.

Ellos, junto a otros tres Hermanos, un equipo formado por veintiséis profesionales y más de 90 voluntarios, hacen que más de cien personas que estaban viviendo un infierno, ahora disfruten de una cotidianeidad con la que después de mucho sufrimiento, les premia la vida para que puedan retornar a la sociedad con otro espíritu y con un bagaje espiritual importante…

¿No es así, Hermano?

Para empezar, una vez que llegan hasta nosotros, les damos cada día tres comidas y muchas más cosas que van a ir ustedes viendo gracias a las personas solidarias, instituciones y empresas que demuestran que España, aunque no lo aparente, es un país muy solidario.

Y así en compañía de nuestros dos anfitriones, comenzamos nuestro “viaje” por un sitio increíble en donde cambian las sombras por la luz, el frío por el calor, el banco de una plaza o los cartones de cualquier esquina por una cama limpia y decente y por un desayuno, una comida y una cena además de alimentar el espíritu de tantas personas sin rumbo y sin techo en estos años tan duros.

Fue el 15 de diciembre de 1981 cuando un Hermano de San Juan de Dios –nos comenta el Hermano Juan Antonio –abrió las puertas del Centro de Acogida Santa María de la Paz en el edificio vacío cedido por las Religiosas del Sagrado Corazón en Pío XII. Entonces, los primeros doce residentes pudieron beneficiarse de alimento, cama, ropa limpia y televisión. Se pusieron en marcha los primeros talleres; fabricación de bolsas de papel, ensamblaje de cajas de cartón y algunas manualidades.

LOS-ENTREVISTADOS-HERMANO-JUAN-ANTONIO-Y-CARLOSEn nuestro enriquecedor recorrido apreciamos de lo que es capaz la solidaridad de esta Hermandad y así fuimos fotografiando la zona de planchado con los voluntarios Elena y Paco, la modélica cocina con Cristina y Esther, la pedagógica labor que realiza el profesor de Castellano Juan Portillo, la gratificante tarea desarrollada en los huertos, la ropería con Narcisa y Carlos Gil, la inestimable tarea de la Hermana Amparo, camino de los 90 años, las horas de gimnasio tal el caso de Bienvenido y Ernesto y un largo etcétera que sin duda induce a potenciar la solidaridad humana hacia el Centro que nos ocupa.

Primero estuvimos instalados en un Colegio en una postura, como deciros…Vamos, que hoy por hoy seríamos señalados poco menos que de Okupas –nos comentan orgullosos el Subdirector de Servicios Generales y el Hermano Superior- pero claro, aquellas premisas solidarias había que llevarlas a cabo y por ello no nos detuvimos ni un instante hasta que con el paso del tiempo nos vinimos al terreno actual que eran unos campos de fútbol de los Padres Dominicos. Como veis, ahora, nos encontramos en una zona residencial con buenas vistas y con un entorno privilegiado, porque entonces…

Mientras vamos realizando nuevas instantáneas de los diferentes sectores, vemos desde la distancia el modélico edificio con el que muy pronto contarán y para el cual necesitan ayuda económica.

Al aproximarse la realidad de ese merecido futuro, el Hermano recuerda a ALGENTE, con agradecida nostalgia “aquel albergue de paso –dice- que tuvimos inicialmente; en aquellos años la situación económico-social era muy similar a la de hoy día, por eso textualmente os digo que íbamos recogiendo gente por la calle. Entonces quienes se encontraban en esa situación de desamparo general tenían el aspecto de mendigos; actualmente si bien existen esos perfiles hay muchos otros que te cruzas por la calle y que ninguno de nosotros sería capaz de señalar en situaciones parecidos: van arreglados, a veces incluso con una sonrisa y sin embargo necesitan esa ayuda que nosotros les damos”.

Personas con un marcado desarraigo social…

perro-y-mendigoAsí es y como consecuencia de la grave problemática personal que arrastran desde hace años (pérdida de empleos, familia, hogar, situación de calle prolongada…) En la mayoría de los casos han roto toda relación con familiares y amigos, careciendo de redes de apoyo afectivas, además debido a su situación personal y sanitaria, resulta muy dificultosa su inserción laboral.

Todas estas personas que ayudáis ¿tendrán familia ó…?

Sí, todos la tienen pero la mayoría no quiere saber nada de sus familiares o esos familiares no quieren saber nada de quienes incluso llegan a avergonzarse. En un porcentaje aplastante se encuentran en este albergue como “desaparecidos”, quiero decir que se convierten en algo así como seres humanos “invisibles”. Aquí encuentran la luz que están buscando y por ello muchos quieren quedarse aunque, una vez que están en condiciones, tienen que dejar su sitio a otros. Tenemos en estos momentos 104 personas a las que nos brindamos  con todas nuestras  fuerzas porque nos necesitan….

Después de que el Hermano atendiera –durante nuestro recorrido- algunas inquietudes de quienes le observan con admiración, Carlos agregó:

Nuestra misión es la prestación de una atención integral con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que residen en el Centro, paliar la situación de marginación que sufren y favorecer la rehabilitación de los problemas psicofísicos que puedan presentar. Aquí tenemos empresarios, profesionales de todo tipo, gente a quienes la vida les ha castigado como a cualquiera de nosotros nos puede pasar; con una media de unos 54 años donde se supone que la vida tendría que darte ciertos frutos por los que uno se ha esforzado pero no…Es cuando puede llegar lo inesperado y más en estos tiempos difíciles.

El Hermano subraya convencido:

Curamos las heridas y con el vendaje se van para que lleguen otros…Como decimos la vida va dando vueltas, va rodando para muchos y por ello no es fácil volver atrás; es ahí cuando debemos ofrecer ayuda…Resumidamente, esta es la problemática vital que manejamos. Y sinceramente no pocas veces existen heridas con las que se puedan marchar con sólo ese vendaje, hay que parar la herida en toda su dimensión…

¿Llegan aquí y…?

LOS-ENTREVISTADOS-HERMANO-JUAN-ANTONIO-Y-CARLOS4Llegan con sus problemáticas, nos ponemos manos a la obra; vemos cómo se encuentran sus papeles, la salud y qué vínculos familiares tienen, así como en qué situación laboral –de existir- se encontraba quien nos pide nuestra ayuda siempre contando con su sinceridad y colaboración.

¿Y cuando dan cabida a un nuevo residente, vosotros os comunicáis con sus familiares?

Si ellos lo autorizan, sí, pero repito que no es algo común.

Preparar comidas, cenas, desayunos para 104 personas cada día…Una auténtica satisfacción no carente de sacrificio y constancia…

Podemos hacerlo gracias a las llamadas “Operación Kilo” con aportes alimenticios a nuestro Banco de Alimentos que vamos formando cada vez que podemos y con esa entrega de alimentos no perecederos vamos tirando todo el año, además de poder ayudar incluso a familias necesitadas;  gracias a los alimentos que nos van aportando diferentes empresas como “Ahorra más”, “La Tahona de Natalia”; “Embassy” de La Moraleja y gente anónima a quienes les debemos nuestro permanente agradecimiento. A ellos y a tantas personas e instituciones debemos agradecer poder llevar a cabo nuestros programas de atención básica y de integración social.

¿En qué consisten?

El primero tiene como objetivo atender, como su nombre lo indica, las necesidades básicas de los residentes, es decir: alojamiento, cuatro comidas diarias, higiene y salud, así como reducir los daños y caminar hacia la normalización de la persona.

¿Y el de integración social?

La socialización, la mejora de la autoestima y el autocontrol, mejora de la percepción del entorno, su motivación y mejora de su competencia para elevar su calidad de vida

Atendiendo a todas y cada una de las necesidades del ser humano, físicas, sanitarias y espirituales.

LOS-ENTREVISTADOS-HERMANO-JUAN-ANTONIO-Y-CARLOS-3Próximas a una despedida que fue un “hasta luego” ya que ALGENTE, a partir de esta primera toma de contacto pone a disposición de este Centro y de Cruzadas parecidas el espacio que necesiten en sus páginas, pudimos ver “en acción” diferentes talleres (el de rehabilitación física, el llamado taller de manipulados, el de manualidades y creatividad y el de informática, con los que van cumpliendo los objetivos trazados).

Nuestro Centro se financia a través de iniciativa privada de Bienhechores que confían en la buena gestión de los Hermanos de San Juan de Dios y apoyado por medio de subvenciones provenientes del Ayuntamiento de Madrid a través de la Federación de Asociaciones de Centros para la Integración y Ayuda a Marginados, del Ministerio de Sanidad y Política Social a través de la campaña del IRPF, ayudas en productos comestibles procedentes, como ya hemos dicho, del Banco de Alimentos,  de Instituciones y Colegios a través de “Operación Kilo” y otras campañas y especialmente de donativos privados de numerosos amigos de Santa María de la Paz  y de la colaboración de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Sin duda una labor tan valorable que merece el apoyo de todos.

Donativos: Banco Santander ES32 0049 6096 49 2916074716

Tel: 91 766 20 87  / smpaz.obrasocial@hsjd.es

 

 

                                                     © JB/ LC /ALGENTE

                                            Fotos © Liliana Cozzi / Centro Santa María de la Paz