¡¡A LO PANENKA, SI, SI!!

Al poner en marcha  nuestroCaleidoscopio pensando en la precisión de Messi y de Sergio Ramos, entre otros finos ejemplos, al chutar la pena máxima (mientras estadios abarrotados se quedan mudos en los segundos que dura ese arriesgado desafío como es tratar de convertir el penalti a lo Panenka), llegamos hasta el año 76, para ser exactos: un 20 de junio , cuando Antonín  Panenka se atrevió a convertir en gol, desde los doce pasos, con su selección checoslovaca, lo que hoy, ha elevado hasta el rum-rum más sonoro del graderío a quienes se llevan ese mérito, pero también ha hundido la moral de otros que –en partidos puntuales- se han atrevido a lo mismo, pero sin éxito.

Hay porteros que, ante el repetido estilo “a lo Panenka” pueden amagar quedándose inmóviles a último momento y atajar el chut de quienes se atrevan con ello, pero también pueden hacer el soberano ridículo al ver que el balón entra por uno de los costados…

Las posibilidades en esta loca ruleta de los penaltis, van y vienen pero, lo cierto es que, arriesgarse, como recientemente lo hicieron el diez del Barça y Ramos, es una obra de arte futbolística que da alas al equipo que convierte.

El propio Panenka ha explicado en ocasiones cómo nació su ocurrencia que sigue dando mucho que hablar aunque pasen los años:

“Un día se me dio por pensar en ese tiro centrado y flojo que lógicamente sorprendería a cualquier portero ya que, generalmente, no se quedan en el centro, sino que, intuyendo hacia donde irá el disparo, se tiran como es natural hacia un lado o hacia otro. Recuerdo que después de varios aciertos la prensa francesa llegó a bautizarme como el ‘poeta del fútbol’…Pero no se trata de algo tan simple como es patear con la intención de que el balón vaya hacia el centro de la portería, no, sino que es importante que, con tu mirada, con tu actitud  -mientras estás de pie frente al balón-, logres convencer al portero de que vas a disparar hacia uno de los postes”.

Es lo que hizo Panenka, tal y como nos lo recuerda nuestro Caleidoscopio, al detenerse en la final de la Eurocopa del 76 entre Checoslovaquia y Alemania.

Aquel partido acabó en empate a dos y en la tanda de penaltis, cuando iban 4-3 a favor de los checos, al tocarle el turno a Alemania, Hoeness, lo falló y…

“Fue entonces cuando llegó mi turno, tiré por primera vez con ese estilo que venía ensayando y batí a Maier”.

Después de tantos años, hoy día, muchos jugadores, han logrado la mejor de las críticas ¡y las peores! al intentar la pena máxima…¡¡A lo Panenka, si, si!!